El Ayuntamiento recurre a un crédito de la Caja de Ahorros para pagar la nómina de la EMT
Los problemas económicos más acuciantes que tenía el Ayuntamiento, concretados en su casi total incapacidad para poder pagar la nómina de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) correspondiente a este mes, van a tener una solución transitoria, que dotará de liquidez a la Hacienda municipal, en tanto el Banco de Crédito Local haga efectivos los casi 6.500 millones de pesetas que, procedentes del presupuesto de liquidación de deudas de 1978, todavía le debe a la Corporación. El anuncio de esta solución provisional al problema planteado fue hecho ayer por la mañana por el delegado de Hacienda del Ayuntamiento, Baltasar Ay-lerich, en el curso de una rueda de prensa.
La Caja de Ahorros de Madrid tendrá una parte muy importante en la solución a la que se ha llegado, al entrar en una operación consistente en aportar una buena parte -al menos, el 50%- de los 6.500 millones que el Estado le adeuda al Ayuntamiento, en concepto del presupuesto de liquidación de deudas del año pasado. Esta aportación de la Caja de Ahorros se espera que será hecha efectiva antes de que termine este mes, con lo que el Ayuntamiento podrá hacer frente al pago de la nómina de los trabajadores de la EMT. El propio delegado de Hacienda municipal advirtió, a finales del mes de agosto, del riesgo de que este mes no se pudiera pagar a la EMT, por falta de liquidez.En el caso de que la aportación de la Caja de Ahorros no pudiera llegar a tiempo para hacer frente al pago de la nómina de la EMT, calculada alrededor de los trescientos millones, el propio señor Aymerich anunció que ya está prevista la negociación de un crédito puente que facilite el pago. "De todas maneras", dijo, «el plazo de este crédito no estaría por encima de los seis o siete días.»
Sin embargo, el hecho de que el Ayuntamiento pueda hacer frente a sus necesidades de liquidez más inmediatas, por medio de la citada operación financiera, no quiere decir que sus problemas económicos hayan desaparecido. El señor Aymerich dijo que «la situación es menos dramática que cuando cogimos el Ayuntamiento, pero sigue siendo alarmante». De todas maneras, el delegado de Hacienda se mostró confiado en que, al cierre del presupuesto de 1979, el déficit será menor que el que se había calculado en un principio. La razón de este menor déficit es la contención del gasto que se está efectuando y la llegada de nuevos ingresos a las arcas municipales, tales como el impuesto sobre la gasolina o la nueva cobranza de la contribución urbana.
«Hasta ahora», añadió, «el ritmo de pago a las contratas municipales ha sido bastante regular. Pero este mes no podremos pagar prácticamente a ninguna de ellas. El mes que viene, la situación volverá a normalizarse por el cobro de nuevos recibos y así seguiremos hasta que se regule la situación. »
A colación del tema de la EMT, el delegado fue preguntado acerca de la posibilidad de que se establezca una auditoría de gestión para esta empresa municipal, al estilo de la que se hizo con los transportes públicos de Barcelona, que permitió conocer los fallos que allí se daban. Contestó el delegado de Obras, Juan Claudio de Ramón, diciendo que la idea, en principio, es que sí se va a efectuar tal auditoría. Sin embargo, a partir de ese momento, todos los temas por los que fueron preguntados los representantes municipales referidos a la EMT fueron remitidos para su contestación a una rueda de prensa monográfica sobre esta empresa, a celebrar próximamente.
El concejal responsable de la Gerencia Municipal de Urbanismo, Eduardo Mangada, informó a los periodistas de los problemas que ha tenido la embajada soviética en Madrid para la construcción de su nuevo edificio, en un solar próximo a la colonia de El Viso: el solar en cuestión está calificado urbanísticamente dentro de la ordenanza cuarta, esto es, que sólo puede construirse en él un chalé. Sin embargo, la embajada en cuestión remitió al Ayuntamiento un anteproyecto del edificio a construir con ocho plantas.
Los problemas urbanísticos de la embajada de la URSS
La Gerencia Municipal de Urbanismo se negó rotundamente a admitir tal proyecto, y las autoridades soviéticas han admitido construir únicamente cinco plantas, retranquear el edificio unos veinte metros dentro del solar y ceder un 15% del terreno como parque público, en el que realizará un bulevar frente a la fachada principal de la embajada.Esta nueva fórmula ha sido admitida en principio por el Ayuntamiento, en base a la ordenanza de transformación, que permite la recalificación urbanística de un terreno, siempre y cuando se encuentre a menos de cien metros de una zona ya consolidada, con caraterísticas de construcción similares a las que se pretendan realizar. Este es el caso de la proyectada embajada, con respecto al edificio realizado por el arquitecto Miguel Fisac, en la confluencia de las calles de Velázquez y Doctor Arce.
Sin embargo, la explicación dada por el señor Mangada a este tema constrasta con la que dio, durante la rueda de prensa de la semana pasada, el primer teniente de alcalde, Ramón Tamames, quien aseguró que «será respetada totalmente la ordenanza cuarta». Eduardo Mangada dijo al ser preguntado sobre este cambio de opinión municipal, que «debe tratarse, sin duda; de una falta de información técnica por parte del señor Tamames. Sólo eso. Y añadió: «La ordenanza cuarta será respetada en lo que al volumen de construcción se refiere.» El caso es que ese respeto al volumen de construcción, pero no a la forma de los edificios, fue la que proyectó la Gerencia Municipal de Urbanismo con respecto a los hotelitos, en tiempos de Juan de Arespacochaga como alcalde, y que tan amplia polémica suscitó.
Con respecto al problema surgido por el derribo de la casa del número 23 de la calle del Príncipe, que ha supuesto un enfrentamiento entre el Ayuntamiento y la Dirección General del Patrimonio Artístico, por encontrarse el edificio incluido en la zona artística de la ciudad, el señor Mangada hizo una breve historia del mismo desde que su propietario solicitó la declaración de ruina -que fue denegada hasta que el edificio fue declarado en ruina real -«y me consta que lo es», dijo-, el 16 de marzo pasado.
«Lo que ha pasado», explicó el concejal, «es que ha habido una demora en dar comunicación ficial de la declaración de ruina inminente y su derribo inmediato a la Dirección General. » El alcalde, por su parte, aseguró que no existen, en los archivos municipales, fotografías del edificio, por lo que pidió de los medios informativos si se las podían facilitar, «para poder reconstruirlo tal como estaba».
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