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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Keynes no es culpable

Ante la entrevista realizada al señor Friedrich A. Hayek, publicada el 6 de septiembre en este periódico, me gustaría hacer algunas aclaraciones.El señor Hayek dice que «Keynes es el culpable de todos nuestros problemas actuales». Es indudable que si no se hubiese aplicado una política keynesiana a partir de los años treinta, la situación económica actual sería muy diferente, pues, como es sabido, los modelos económicos son inestables y, a la que se actúa sobre ellos, se modifican, creando situaciones nuevas (como la stagflación), que son difíciles de superar; pero yo me pregunto qué habría pasado si se hubiese aplicado una política liberal a rajatabla. Previsiblemente, la crisis se hubiera superado al cabo de un cierto tiempo, a costa de mayores esfuerzos y hubiera habido más crisis, grandes o pequeñas, desde entonces.

El señor Hayek condena el keynesianismo, pero se olvida de que el liberalismo es inaplicable en la actualidad, por la gran cantidad de paro que generaría, cosa intolerable para una sociedad que se precie de humanitaria. El caso de Chile, el experimento liberal moderno al que apoya Firedmann, lo demuestra, pues lo único que ha conseguido después de tanto tiempo es producir una inflación galopante, un paro alarmante y una cantidad de exiliados, muertos y «desaparecidos» aterradora.

Se olvida decir el señor Hayek que una economía de tipo liberal al único que le interesa es al gran capital, que podría de esta manera tejer y destejer a su gusto. Las consecuencias del liberalismo para la pequeña burguesía y la clase obrera serían la más absoluta ruina y abandono.

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Me parece que el señor Hayek también se olvida de que la economía no es un fin en si mismo, sino un instrumento para lograr el bienestar material humano. Si el bienestar humano depende de que no exista el paro, la inflación y la deflación, y esto se logra solamente con una economía planificada, no veo por qué ha de descartar desde un primer momento dicha opción como deseable. Lo que es necesario es que un sistema con economía planificada no degenere en una dictadura y se pierda la democracia, no el impedir que el sistema económico sea más racional.

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