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Crítica:CINE/ «GATA CALIENTE»
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Oportunismo

Guionista de La mies es mucha (1948) y Balarrasa (1950) y más tarde también productor de La señora de Fátima (1951), La guerra de Dios (1953), Murió hace quince años (1954), El canto del gallo (1953), etcétera, obras clave del cine político-religioso español de aquellos años, cuando el valenciano Vicente Escrivá decide pasarse a la dirección, sin abandonar ninguna de sus actividades anteriores, lo hace con dos obras de pretendida calidad, El hombre de la isla (1959) y Dulcinea (1962), sin directas implicaciones políticas.En El virgo de Visanteta (1978), adaptación de una obra popular valenciana en verso, se plantea ese cine regional que se hace actualmente entre nosotros, que tiene un gran éxito en una determinada zona por hablarse en idiomas prohibidos durante la dictadura del general Franco, pero que no tiene la menor consistencia y fuera y doblado resulta un fracaso. Gata caliente, que se anuncia como versión castellana de Visanteta estate queta, vuelve a insistir sobre el mismo terna. Ahora la historia que se cuenta en verso valenciano es la de una devoradora de hombres con toda serie de implicaciones eróticas y lingüísticas, pero desprovista de su idioma original pierde su único posible atractivo y resulta penosa.

Gata caliente

Director: Vicente Escrivá Guión: Vicente Escriva, Antonio Fos. Fotografía: John Burquera. Intérpretes: María Rosa Omaggio, José Sancho, Josele Román. España, 1979. Local de estreno: Montera

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