Leo con vergüenza
y rabia las distintas reacciones ante la «luz verde» para la construcción de las centrales nucleares de Valdecaballeros y Trillo.A mí y a mi pueblo nos afecta la de Trillo, y escribo en nombre de un grupo ecologista que se está formando en estas sierras de Cuenca, próximas a Guadalajara.
Realmente, no ha habido contestación a la construcción de la central nuclear de Trillo, excepto algunas pintadas. Nosotros hemos intentado una labor de concientización de estas gentes, pero hemos chocado con la indiferencia y los efectos de la propaganda oficial, favorable a las centrales nucleares.
Nuestro plan de trabajo ha incluido el fijar carteles en los pueblos de esta zona, información ciclostilada, -visitas a algún pueblo y venta de pegatinas.
Se proyectó una marcha-protesta a Trillo para el día 26 de agosto, pero no llegó a efectuarse por falta de tiempo, de coordinación entre los pueblos, por ser mal momento y porque determinados requisitos para una marcha así no estaban en ese momento al alcance nuestro: permiso gubernativo, notificación a los partidos políticos, centrales sindicales, asociaciones, prensa. En la última reunión decidimos darnos a conocer a los medios de comunicación, pidiendo contactos con otros grupos ecologistas, pidiendo también información, asesoramiento, materiales y ayuda.
Somos muy pocos y no tenemos medios, pero, en espera de otras acciones, queremos comunicar públicamente nuestra protesta por la central de Trillo y por todas las centrales nucleares. Y lamentamos la actitud de un Gobierno que nos impone unos riesgos tan desproporcionados, y más aún en zonas como esta, donde los bienes del progreso llegan con cuentagotas. Lamentamos también la actitud de la gente y alcaldes de la zona, que se han mantenido pasivamente durante todo este tiempo. Desde aquí elogiamos la postura decidida y valiente de los alcaldes extremeños.
El gran capital puede darse por satisfecho con la central de Trillo. Le va a salir muy barata en todos los sentidos. Ya sabe el sitio para posteriores acciones.
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