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Andrew Young capitalizó políticamente su salida de la ONU

Después de su triunfo personal en el Consejo de Seguridad de la ONU y de su emotivo discurso de despedida, en el que calificó de «ridícula» la política de Washington hacia la OLP, el dimitido embajador norteamericano en las Naciones Unidas, Andrew Young, tiene ante sí un importante futuro político y se destaca ya como uno de los principales líderes de la comunidad negra estadounidense.«Hacemos esto por Andrew Young», dijo el embajador de Kuwait, Yacoub Bishara, al anunciar que no iba a pedir una votación en el Consejo de Seguridad de un proyecto de resolución en el que se reconocía el derecho del pueblo palestino a la «autodeterminación, la independencia y la soberanía nacional».

El homenaje a Andrew Young, al que se sumaron los países árabes y del Tercer Mundo, evitó un enfrentamiento sobre la cuestión palestina, que hubiera llevado a Estados Unidos a ejercer su poder de veto. Hasta el presidente de la OLP, Yaser Arafat, envió un telegrama pidiendo que se pospusiera la votación, para evitar a Young el mal trago. El problema volverá a plantearse en el Consejo de Seguridad a primeros de octubre, cuando esté ya nombrado el nuevo embajador norteamericano en la ONU, y después de la cumbre de países no alineados, que se inicia hoy en La Habana, donde se tratará también la cuestión palestina.

Hablando como «un amigo y colega», Andrew Young pronunció su emotivo discurso de despedida desde el asiento del presidente del Consejo, que ocupa durante el mes de agosto. Refiriéndose a los hechos que provocaron su dimisión, Young dijo que, para él, no era extraordinario el «ir a casa de un amigo para reunirse con otro amigo».

Tras calificar de ridícula la política oficial de Washington de no mantener contactos con la OLP, Andrew Young dijo que también era ridículo para algunos países el no mantener relaciones con Israel. El embajador dimisionario advirtió al Estado judío que está derrochando su capita moral por su violencia, su política de asentamientos y su conducta en los territorios ocupados.

Las palabras de Young fueron acogidas con una salva de aplausos, algo realmente insólito en la historia del Consejo de Seguridad de la ONU.

En una breve conferencia de prensa cel-ebrada después de su discurso, Young reivindicó para los dieciséis millones de negros norteamericanos el derecho a participar en la elaboración de la política exterior, en vez de dejarla en manos de una élite.

Calificado de mártir de la justicia por el embajador de Kuwait y de hombre de honor por el representante de la OLP, Andrew Young deja las Naciones Unidas con 47 años y una enorme popularidad dentro y fuera de Estados Unidos.

Desde los tiempos de Martin Luther King, que fuera asesinado hace once años, ningún líder negro había acumulado tal cantidad de carisma y ganado tantas simpatías.

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