La vuelta de la alcabala

«Con sorpresa y hasta un cierto escándalo, nos enteramos de la idea de la Consejería de Industria y Energía del Consejo General de Castilla y León de presentar una propuesta de ley que permita establecer un canon por los kilovatios producidos en aquella región y "exportados" -las comillas son nuestras- a otras regiones y nacionalidades.Es curioso que las regiones menos autonomistas exageren siempre la interpretación del hecho autonómico, que no es excluyente, aislacionista, explotador ni arbitrario. Castilla y León han vivido durante siglos de la historia y de la leyenda. España era su obra, decían. Pero cuando nace una nueva España que es más que Castilla y León, una España solidaria que parte del reconocimiento de la realidad de todos sus pueblos, no es admisible el proyecto de cano...

La idea nos retrotrae a la España feudal de los tributos y cargas señoriales, de las aduanas interiores, de los portazgos y gabelas. Algo totalmente superado con esfuerzos acumulados y dificultades superadas durante siglos. Nadie discute hoy la libertad total del comercio interior, y los estatutos de autonomía -comenzando por el de Cataluña de 1932- no plantean, sino todo lo contrario, aislamientos agresivos, redimibles en metálico, que ésta sería en el fondo el sentido de la propuesta castellano-leonesa.

El coordinador de temas económicos del Consejo General Vasco, señor Ramírez Escudero, se ha llevado las manos a la cabeza y ha dicho sobre este canon: "Realmente sería una locura admitir tal posibilidad, porque ni siquiera en los países federalistas se pagan tasas por el comercio. Existe un mercado único y una realidad económica en el país. Si comenzamos a trocear el mercado y pagar tasas entre las comunidades, esto sería una locura."

Tiene razón que le sobra, pero hay algo más: nadie, en España, es propietario de nada, de los ríos, de los mares, y a partir de ahí, su aprovechamiento es de todos. ¿De dónde salieron los capitales que permitieron montar las centrales hidroeléctricas de Castilla y de León? De los bancos, qu e rastrillan el dinero en todo el país; de las Cajas de Ahorro de España; del mercado de dinero que son las Bolsas.

Esta es, pues, una obra común sobre una riqueza común. Pretender resucitar la alcabala -como ejemplo de un viejo y famoso tributo de Castilla- nos parece algo más que una locura, como al señor Ramírez Escudero. Nos parece un ejemplo de incomprensión de la España de la solidaridad no impuesta, de la solidaridad espontáneá de las autonomías.»

, 17 de agosto.