Bolivia, punto de origen del tráfico internacional de cocaína
El fabuloso precio que se paga en los mercados de la droga por la cocaína se está convirtiendo, cada vez más, en un poderoso incentivo en Bolivia para la producción ilegal de este narcótico, que, a través de los más diversos caminos, es embarcado hacia Estados Unidos y hacia los países de Europa occidental.
Un kilo de cocaína se está cotizando actualmente en el mercado negro boliviano a un mínimo de 7.000 dólares (unas 455.000 pesetas), mientras que en cualquier de los países vecinos se duplica su precio, y en los mercados de Nueva York un mayorista llega a pagar un promedio de 70.000 dólares (cuatro millones y medio de pesetas).Los datos relativos al tráfico de cocaína fueron revelados por la Dirección General de Narcóticos, que basa su información en las declaraciones obtenidas de las decenas de traficantes y consumidores que semanalmente son apresados en distintas ciudades bolivianas.
Estas mismas informaciones señalan que la mayor parte de los caminos utilizados para el tráfico de cocaína parten de territorio boliviano. Este país se ha convertido en uno de los principales, si no el más importante, proveedores mundiales de este estupefaciente, con el que se elaboran algunas de las más importantes de las llamadas «drogas duras».
En las regiones semitropicales de Bolivia se produce cada vez más la hoja de coca, planta de la que se extrae la materia prima para la elaboración del sulfato y el clorhidrato de cocaína. No existen datos oficiales hasta el momento sobre el cultivo de esta planta, pero ciertas estimaciones señalan que solamente durante el primer semestre de este año se han elaborado más de 2.000 kilos de cocaína.
Por otra parte, es también cada vez mayor el número de familias campesinas de las regiones de Yungas y el Chaparé que se dedican a la elaboración del sulfato de cocaína a partir de las hojas de coca plantadas en la zona.
Los datos proporcionados por la Dirección Nacional de Narcóticos indican que durante el primer semestre del año en curso fueron detenidas un total de 137 personas por tráfico clandestino de la droga, de las cuales el 82% eran campesinos. Durante este mismo período fueron incautados un total de 269 kilos de cocaína, que se supone que representa solamente el 10% de la producción ilegal de la droga.
Grupos perfectamente organizados inducen y enseñan a los campesinos a fabricar la droga. Después, hábiles correos recogen la materia prima semielaborada para ser trasladada clandestinamente hacia Chile y Colombia, donde se la convierte en clorhidrato de cocaína.
Cultivo autorizado
El mercado principal es Estados Unidos. Para llegar a este gran centro de consumo, los traficantes, cuando trasladan la droga en avión, lo hacen a través de Río de Janeiro, Asunción, Buenos Aires, Caracas y Panamá, para después hacer conexiones con París y, desde allí, trasladar su carga hacia Vancouver (Canadá), para, finalmente, llegar a Estados Unidos.Cuando se hace por barco, desde los puertos del Pacífico se lleva la mercancía hacia la costa oeste de Estados Unidos, donde organizaciones bien entrenadas esperan la carga para luego introducirla en lanchas.
Pese a todos los esfuerzos hechos hasta ahora por la Dirección General de Narcóticos, con el apoyo del Gobierno norteamericano, no puede sustituirse el cultivo de la coca, y menos impedirse la fabricación ilegal de cocaína. La hoja de coca, consumida habitualmente por los campesinos de las zonas altiplánicas de los Andes, tiene autorización oficial para su cultivo.
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