Israel duda sobre la rentabilidad de la dimisión

La satisfacción provocada, en un principio, en Israel por la dimisión de Andrew Young, embajador de EEUU ante las Naciones Unidas, está siendo sustituida por una cierta aprensión.

Oficialmente, las autoridades israelíes se niegan ha hacer comentarios, argumentando que se trata de un asunto interno norteamericano que no concierne al Gobierno israelí. Sin embargo, los círculos políticos empiezan a preguntarse si el éxito inicial de la firmeza israelí será rentable a largo plazo. Estos mismos medios se preguntan igualmente si el compromiso reiterado por Washington de no reconocer o negociar con la OLP, mientras la organización palestina no acepte la resolución 242 de la ONU y reconozca al Estado de Israel, merece que a cambio surja en la comunidad negra estadounidense un sentimiento antiisraelí e incluso antijudío.

Los titulares de primera página del diario popular Maariv (independiente): «Carter, furioso contra Israel a causa del asunto Young»; « Los judíos norteamericanos temen las reacciones de los negros», ilustran los temores israelíes. Un antetítulo del mismo diario pone de relieve el «temor ante un fortalecímiento de las simpatías pro palestinas en EEUU».

En una larga entrevista concedida a la radio y televisión israelíes, los líderes del judaísmo norteamericano recordaron ayer la larga tradición de amistad y solidaridad que une a las comunidades judías y negra en Estados Unidos, amistad y solidaridad explicables por el hecho minoritario, y consolidadas por una lucha común a favor de los derechos del hombre y del ciudadano. Pero estos dirigentes judíos expresaron también temores sobre las consecuencias del asunto Young sobre las relaciones entre ambas comunidades.

Como para tranquilizarse, la mayor parte de los editoriales de la prensa judía del jueves sitúan el asunto Young en el contexto de la política oficial norteamericana.

Unánime condena

Por su parte, todos los partidos políticos israelíes condenan la entrevista Young-Terzi, con la única excepción del pequeño partido Seli, de inspiración sionista-socialista y que cuenta sólo con dos diputados. El Sheli se alegra públicamente de la evolución realista de la política norteamericana. «Esta evolución», declaró a este corresponsal el diputado Meil Pail, «no es ni propalestina ni antiisraelí, como lo pretenden Dayan y Begin. Es simplemente una evolución a favor de la paz, es decir, en interés de los pueblos israelí y palestino. Carter ha entendido que, si se quiere contar con la participación palestina en las negociaciones de paz, el diálogo con los palestinos es inevitable. El Gobierno de Begin puede todavía retrasar este diálogo, pero ya por poco tiempo.»