La guerra de las arenas
«El acuerdo de paz firmado la pasada semana entre Mauritania, que ocupaba el sur del Sahara desde 1976 en virtud de los Acuerdos de Madrid, y el movimiento independentista saharaui, Frente Polisario, ha desencadenado precipitadas reacciones por parte marroquí y saharaui de imprevisibles consecuencias.Una vez confirmada por Mauritania su intención de abandonar el sur del Sahara, Hassan II ha cedido a la presión de las fuerzas políticas de su país, que, unánimemente, de derecha a izquierda, urgían la ocupación del territorio para completar así lo que los nacionalistas marroquíes llaman la integridad nacional. ( ... )
Marruecos cree que desde una postura de fuerza, la que, le da ahora la posesión del sur del Sahara, puede forzar una negociación que le garantice la posesión indiscutida del Norte. La acción militar de los saharauis demuestra una vez más que cuanto más amplias son unas fronteras, más difíciles son de defender. Argelia confía en que la guerra de desgaste de los saharauis acabará minando el régimen de Rabat, que caerá como fruta madura cuando el esfuerzo económico haga insostenible la vida de la población marroquí.
Sin embargo, no es impensable tina reacción de un sector del Ejército marroquí, en el sentido de perseguir a los saharauis hasta sus santuarios argelinos. Esto sería la guerra.»
, 14 de agosto
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