"Reconstruir física y espiritualmente nuestra patria, tarea fundamental"
Sergio Ramírez es, según todos los indicios, la persona que va a dirigir el Gobierno de Nicaragua, apoyado por el FSLN. Hay insistencia en que esa dirección es colegiada, pero todos son conscientes de que la autoridad política y moral de Ramírez le convierten en persona idónea para orientar la acción del Gobierno. Persona joven, ilustrada, Ramírez presenta fielmente a la generación de luchadores contra la dictadura somocista.EL PAIS mantuvo con Sergio Ramírez una breve entrevista en la madrugada del viernes, durante su corta estancia en Managua, antes de regresar a León para encabezar la marcha popular que marcaría el comienzo de la nueva Administración. Estas fueron sus respuestas.
Pregunta. ¿Cuándo vieron ustedes el final de su larga lucha?
Respuesta. Es muy difícil señalar la etapa final del largo camino hacia lo que hoy estamos viviendo. Para nosotros, el indicio más claro de que el somocismo se había derrumbado fue el aparatoso desmoronamiento de la Guardia Nacional, conseguido gracias al heroísmo del pueblo nicaragüense.
P. ¿Cuál es la tarea principal que el Gobierno debe afrontar en estos momentos
R. Sin duda alguna, la de la reconstrucción física y espiritual de nuestra patria. Los largos años de la dictadura han causado heridas profundas en los bienes y en las mentes de nuestros compatriotas. A esa tarea vamos a dedicar todos nuestros esfuerzos.
P. ¿Han recibido ustedes ofertas de ayuda por parte de Estados Unidos?
R. Sí. Hemos recibido ofertas de ayuda material y humanitaria: alimentos, medicinas y algunos técnicos. Quiero señalar que España, a través de su embajador en Managua, también se ha ofrecido incondicionalmente a contribuir a nuestra reconstrucción. Tenga la seguridad de que aceptaremos con todo gusto esa oferta. Nadie mejor que España puede, en esta hora, demostrar su amor por este pueblo que descubriera y ayudara a crecer.
P. Se ha detectado en Managua la presencia de numerosas personas armadas que no parecen cumplir ninguna misión específica. Algunas fuentes indican que esto puede convertirse en un problema muy serio. ¿Cómo lo van a resolver?
R. Ese es un problema del Estado Mayor del nuevo Ejército nicaragüense. Ayer mantuvimos una larga conversación con el Estado Mayor del FSLN y llegamos a la determinación de desarmar a los irregulares. Sin duda, esa tarea exigirá unas grandes dotes de persuasión.
P. ¿Cómo califica usted la actitud del sucesor de Somoza, Francisco Urcuyo?
R. El somocismo tenía dos aspectos: el ridículo y el brutal. El segundo estaba encarnado por el propio dictador. No cabe duda que el primero estuvo fielmente representado por el efímero y visionario Urcuyo.
P. En algunas fuentes se ha afirmado que en estas primeras horas de la victoria el Frente Sandinista ha ejecutado a trescientas personas. ¿Qué puede decir al respecto?
R. Esa afirmación es rotundamente falsa. No hay represión en Nicaragua. En las cárceles donde el Frente Sandinista ha tenido prisioneros se está procediendo a su liberación, con las excepciones de aquellas personas que tienen responsabilidades directas en crímenes contra el pueblo. Estoy convencido de que todos aquellos guardias nacionales recluidos hoy en centros de refugio recobrarán en pocos días la confianza y se integrarán a las tareas diarias de su actividad en favor de Nicaragua.
P. ¿Cómo cree usted que será posible la adaptación de los combatientes sandinistas a la nueva situación, una vez terminada la guerra?
R. Estoy convencido de que no habrá problemas de adaptación. Los guerrilleros no son marcianos; son personas normales. Muchos se reintegrarán a sus tareas anteriores. Otros formarán el esqueleto del Ejército nacional, que, por supuesto, estará básicamente integrado por los combatientes del Frente Sandinista.
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