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Francia desarrollará regiones perjudicadas por el ingreso de España en la CEE

El presidente de la República, Valery Giscard d'Estaing, se compromete personalmente en la realización del llamado Plan Suroeste, destinado a vigorizar económica y socialmente las regiones que serán más afectadas por la eventual entrada de España en el Mercado Común (MC): Aquitania, Languedoc-Rosellón y Pirineos del sur.

El martes celebró una larga sesión de trabajo con los representantes parlamentarios (socialistas en su mayoría) y responsables diversos de estas zonas. Al final anunció que, en octubre, se desplazará personalmente al suroeste para «empujar» el plan en estudio.El gran plan de relanzamiento económico del Suroeste fue lanzado hace un año para calmar las inquietudes que inspira a los agricultores e industriales de la región la entrada de España en la Comunidad Económica Europea. Las tres regiones ya citadas sufren de un envejecimiento de. infraestructuras y de producción. Mientras en el resto de Francia, la agricultura representa el 15%, aquí se eleva al 25 %. Muy particularmente, los productores de vino se espantan ante la competencia que representaría en la CEE la entrada en el mercado del tinto español.

La reunión que mantuvo el presidente con los responsables de la región fue la primera gran concertación tras el anuncio del plan decenal que, de llevarse a efecto, potenciará el Suroeste. En efecto, los proyectos de ayuda a esta zona se han repetido durante los últimos lustros, pero nunca se han realizado. De aquí la reticencia persistente de los diputados socialistas en particular. Pero la mayoría de estos últimos en la región constituye un acicate más para los planes del presidente. Además, en esta ocasión, el «peligro español», antes o después, será una realidad. Tras las discusiones en el palacio del Elíseo, el esfuerzo principal de la reordenación económica y social del Suroeste se centraría en los sectores siguientes: hidráulica agrícola, infraestructura de comunicaciones y un plan de rejuvenecimiento para el turismo.

Otra dimensión del problema económico del Suroeste es específicamente política y se refiere al País Vasco. A pesar del aparente desdén de las autoridades oficiales ante el resurgir lento del nacionalismo en esta región, lo cierto es que la carta del renacimiento económico saben muy bien los responsables que es ineludible, sino para «desactivar» el proceso, para frenarlo. Francia es el único país del Mercado Común que ofrece un «caso» como el de Euskadi norte, que al lado de Córcega y Bretaña, evidencian el centralismo peligroso y vetusto del que no desearían sufrir los demás miembros de la Comunidad.

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