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SALUD

La presencia de la madre, poderosa ayuda terapéutica para los niños

La presencia de la madre junto de los niños hospitalizados es siempre una poderosa ayuda para la terapéutica aplicada y, en muchos casos, la condición imprescindible del éxito del tratamiento, afirman los promotores de una campaña iniciada junto a las autoridades sanitarias portuguesas en ocasión del Año Internacional del Niño.Varios especialistas en pediatría y psicología infantil se proponen conseguir la revisión de los reglamentos en vigor en los establecimientos hospitalarios públicos, para que la presencia de los padres junto a los pequeños enfermos deje de ser una medida especialísima.

Los más recientes estudios han demostrado que esta reforma no es únicamente deseable por motivos sentimentales y humanitarios. La cooperación de los padres permite mejores resultados en las terapéuticas aplicadas y permite reducir sensiblemente la duración de la hospitalización y muchos de los efectos nocivos de los internamientos prolongados. Sobre todo, en el caso de los recién nacidos, la separación prolongada de la madre es responsable del llamado «síndrome hospitalario», verdadera neurosis que se traduce por anorexia, reducción de la resistencia a las infecciones y retrasos en el desarrollo físico y mental.

Puede ser, en parte, responsable de la más elevada mortalidad de los prematuros colocados en incubadoras y ésta es la razón por la cual se tiende actualmente a reducir la utilización de las incubadoras a los bebés que necesitan de asistencia para el normal funcionamiento de los órganos vitales. La alimentación con leche materna no es suficiente para compensar la ausencia de la madre, y la voz y los cariños de ésta son más necesarios que un medio rigurosamente aséptico, observan los pediatras. Al punto de que, cuando se impone realmente el aislamiento del pequeño enfermo, los médicos se valen de «trucos» para crear al menos la ilusión de presencia. En ciertas clínicas se equipan las incubadoras de manera que se haga oir al bebé la grabación de los latidos del corazón materno. En Nápoles, los médicos que tratan de los niños afectados por la misteriosa epidemia que mató ya a varias decenas de ellos utilizan también cintas magnéticas con la voz de la madre que llama al bebé por su nombre y le murmura al oído las palabras cariñosas a las que está acostumbrado.

No es verdad, afirman los promotores de la campaña en Portugal, que la presencia de los padres cree problemas insuperables: unas batas esterilizadas pueden resolver la mayoría de los problemas, contando también con una mayor comprensión por parte de los patronos hacia las madres que trabajan. Hay que subrayar que, en términos sociales, una reforma en este sentido permitiría ahorrar muchas vidas de niños, y también mucho dinero.

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