La corrida de Beneficencia proporcionó ocho millones de pesetas

La Diputación Provincial de Madrid ha hecho público el resultado económico de la corrida de Beneficencia, que organiza, y que se celebró el pasado 23 de junio. El balance es positivo, con un beneficio líquido cercano a los ocho millones y medio de pesetas, cantidad llamativamente superior a la que logró por el mismo concepto durante los últimos años la anterior Corporación.En efecto, a pesar de las magníficas entradas, incluso llenos a reventar, que podían apreciarse normalmente en la corrida de Beneficencia, los beneficios líquidos de los tres últimos años han sido los siguientes: en 1978, 3.034.154 pesetas; en 1977, 1.129.630, y en 1976, 184.021.

En las cuentas de este año los ingresos ascienden a 14.510.650 pesetas, que se desglosan en los siguientes conceptos: venta de localidades al público, 7.770.000; venta de localidades a organismos y empresas, 1.390.000; donativos de entidades bancarias, 3.900.000; donativos de diversos ministerios, 20.700; derechos de televisión 1.080.000, y varios, 349.950.

El capítulo de gastos, que totaliza 6.135.083 pesetas, es resultado del siguiente detalle: precio de los toros, 2.566.666 pesetas (como se recordará, fueron causa del fracaso del festejo, por su invalidez); honorarios de los matadores 1.500.000; gastos de plaza, 594.222; impuestos, 595.472, y varios, 878.623 pesetas.

El vicepresidente de la Diputación y visitador de la plaza, Luis Larroque, convocó una conferencia de prensa para dar a conocer estos resultados. Seguramente, aparte de unas encomiables intenciones de transparencia en la gestión, que deben prodigarse, se trataba de salir al paso de los comentarios que han circulado insistentemente por los mentideros taurinos acerca de una supuesta operación de última hora que habían hecho los organizadores de la corrida de Beneficencia el mismo día del festejo, la cual consistió en malvender e incluso regalar localidades, al objeto de que se llenara la plaza. Sin embargo, según las cuentas, se había vendido más de la mitad del taquillaje, como puede apreciarse si partimos de la base de que el importe del aforo total del coso ascendía a 14.488.900 pesetas.

De todas maneras hay cifras que son muy significativas. Por ejemplo, el precio de los toros, que rebasó los dos millones y medio, frente al medio millón que ganó cada torero. Y, sobre todo, las enormes diferencias que hay entre los beneficios obtenidos este año, sin llenar la plaza, y los que se consiguieron en años anteriores, con los tendidos casi abarrotados. Esas 184.021 pesetas que quedaron para las arcas de la Diputación en 1976 dan mucho que pensar y los responsables de la Corporación en aquel año deberían dar explicaciones.