El Parlamento francés discutió la abolición de la pena de muerte

El debate que se celebró ayer en la Asamblea Nacional francesa sobre la abolición de la pena de muerte careció de gran interés. La oposición del Gobierno a que este debate fuese sancionado por un voto provocó la ausencia de muchos diputados y otros, como los del grupo socialista, abandonaron el hemiciclo en señal de protesta. Sin embargo, los abolicionistas valoran el debate como un acontecimiento que pesará sobre la opinión y que podría forzar al Gobierno, en los meses venideros, a inscribir el tema de la supresión de la guillotina en el orden del día de la Asamblea.La cuestión de la pena capital ha sido objeto de discusión pública de manera regular, pero nunca había entrado en la Asamblea francesa hasta ayer, aunque el debate parlamentario, que concluyó muy entrada la noche, no concluyó en votación alguna.

Oficialmente, ayer, los diputados franceses desarrollaron un «debate de reflexión y de orientación sobre la escala de penas capitales». Eran imposibles más precauciones lingüísticas para que el 55% de la opinión francesa, que aún es partidaria del mantenimiento de la pena capital, no se asustara. En la práctica, el debate giró, desde un principio, en torno a la abolición de la pena de muerte y, en menor escala, sobre eventuales castigos sustitutorios. A partir de este debate de ideas, sin voto Final, en el que se repitieron los argumentos de cada una de las dos tendencias existentes, en favor o en contra de la guillotina, los abolicionistas estiman que, antes de un año, la pena capital podría desaparecer del Código penal francés.

En el momento presente, los adversarios o partidarios se reparten de la siguiente manera: los dos partidos de la mayoría gubernamental, giscardianos y gaullistas, no tienen doctrina oficial sobre la cuestión y se calcula que una mayoría de diputados serían favorables al mantenimiento de la pena de muerte. Los comunistas y socialistas son todos abolicionistas. Por su parte, una estrecha mayoría de los franceses aún estima conveniente que continúe funcionando la guillotina, pero esta tendencia decrece.