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Francia defendió en Argel su neutralidad en el Sahara

Francia desea que todas las partes implicadas en el conflicto del Sahara Occidental hallen entre ellas una solución política en conformidad a los principios y resoluciones de la Organización de las Naciones Unidas, pero rechaza verse implicada oficialmente en ese esquema y está preocupada, sobre todo, por mantener «su neutralidad». En ese sentido se pronunció el comunicado franco-argelino suscrito por el ministro galo de Asuntos Exteriores, Jean François Poncet, al concluir su visita-oficial a Argelia.La impresión que prevaleció al término de la visita es que París desea firmemente mantenerse fuera del conflicto, aunque esta actitud se vea contradicha en la práctica.

La tradicional sutileza de la diplomacia gala supo sortear con notorio éxito los escollos que presentó la parte argelina, en su deseo de definir de una forma concreta y comprometer públicamente las líneas de fondo de la política actual francesa en la región del Mogreb.

El comunicado común no hizo mención alguna, no sólo del Polisario sino del propio término de «derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui», aunque el mismo quedó implícito al mencionar a las resoluciones de la ONU sobre el tema.

La parte argelina obtuvo, tras laboriosas discusiones, que Poncet expresara oficialmente su apoyo a «la causa de la autodeterminación y el derecho de los pueblos a disponer de ellos mismos ... » relacionándola con la situación global imperante en el continente africano.

"No", a una intervención española

Argelia esperaba que el ministro francés expresara el deseo de su país de jugar un papel activo en la búsqueda de una solución política sobre el Sahara Occidental, pero estas esperanzas se vieron defraudadas, e incluso Poncet dio a entender con bastante claridad que París no aprueba una intervención política española y prefiere apoyar, en su lugar, una concertación entre «las partes directamente implicadas».En una reunión con los periodistas el ministro francés reiteró que su país no tiene por qué reconocer al Frente Polisario. El «alto grado de convergencia sobre los problemas que afectan a la región» y la «visión del mundo, paralela a la de Francia», que tendría Argelia, según Poncet, denotó la voluntad de éste de minimizar la ausencia de resultados prácticos al término de su visita, que, en sustancia, debe ser interpretada como una primera toma de contacto para examinar la serie de problemas que afectan a las relaciones entre los dos países.

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La actitud conciliadora de Argelia, que prefirió aprobar un texto común, aunque vago e impreciso, en lugar de confirmar públicamente la existencia de dos posiciones divergentes, ha sido considerado en Argel como un reconocimiento al peso político que tiene París en la región y el convencimiento de que, frente a la eventualidad de una guerra con Marruecos, lo que importaba era dar prueba de pragmatismo, aunque lo esencial quedara en el tejado.

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