La flota congeladora en Africa del Sur, abocada a regresar a puerto

Por segunda vez desde febrero pasado, la compañía Shell ha subido el precio del gas-oil en Suráfrica, que ha quedado ahora en más de treinta pesetas el litro. En esta situación, la flota pesquera congeladora española vuelve a verse abocada a regresar a puerto si antes el Gobierno español no ofrece una solución que haga viable la permanencia de los buques en los caladeros de Africa del Sur.La Asociación Nacional de Armadores de Buques Congeladores de Merluza (Anamer) ha enviado telegramas al ministro de Transportes y Comunicaciones y al director general de Pesca pidiendo que realicen urgentes gestiones, ya que el Ministerio de Hacienda se ha negado a enviar un nuevo petrolero a Walvin Bay, que surta de combustible a la flota a un precio aceptable.

Cuando la Shell realizó la primera subida del precio del combustible, pasando el gas-oil en Namidia de 8,85 a 14,98 pesetas el litro (en el mercado español estaba a 4,35), el Gobierno había enviado un petrolero, con costos de flete a cargo de Anamer, a siete pesetas el litro.

«Desde hace tiempo tenemos la firme sospecha de que el Gobierno quiere acabar de una vez con las pesquerías españolas, pues de otro modo no podría actuar tan claramente en contra de los intereses pesqueros», ha manifestado el gerente de Anamer, Carlos Gago, en Vigo. Dijo también que el Gobierno tendría que ser consecuente y si vota, como lo ha hecho en la ONU, a favor de un boicot del suministro de petróleo a Africa del Sur, tendría que asumir las consecuencias de suministrar directamente a la flota.

La merluza procedente de Suráfrica y Namidia, en estas condiciones, llegaría a España gravada en setenta pesetas el kilo sólo por el concepto energético, ya que se necesitan dos litros de combustible por cada kilo de pesca capturada. En 1978, la flota congeladora merlucera que faena en esos caladeros capturó 100.000 toneladas. Esta flota está compuesta por un centenar de unidades, con un registro bruto de quinientas a 2.000 toneladas cada barco. En total son 3.000 los tripulantes empleados.