España y Nicaragua
Ante las trágicas noticias que los medios de comunicación nos hacen llegar con respecto a la situación que está padeciendo el pueblo de Nicaragua, pienso que somos muchos los españoles que desearíanos que nuestro Gobierno hubiese ornado ya una postura de clara condena por los ataques a los derechos humanos que esa especie de Idi Amin blanco está llevando a cabo en aquellas tierras que un día fueron de España.Esa fifiación debería ser un motivo más para defender que se respetasen esos derechos humanos.
Son ya varios los países que vuelven sus espaldas al Gobierno nicaragüense en el poder. La misma Inglaterra, que no tiene los mismos vínculos morales que tenemos nosotros con la comunidad de pueblos hispánicos, nos podría servir de ejemplo.
Por el contrario, España sigue reconociendo al Gobierno de Somoza. ¿Es que ante las brutalidades cometidas por ese señor se puede acaso apelar a la doctrina Estrada? En casos como el de Nicaragua (aunque también se podría hacer alusión a otros regímenes del continente americano, pienso que es en este país donde, por la situación de guerra que existe, la necesidad de tomar postura se convierte en urgente), recurrir a dicha doctrina no puede considerarse como ejemplo de una plausible neutralidad política sino como una vergonzosa colaboración con un Gobierno asesino, lo cual me parece francamente vergonzoso.
Tengo la impresión de que muchos españoles desearíamos que se rompiesen todo tipo de relaciones con ese Gobierno y se hiciese volver a nuestro embajador. La misma prensa podría servir de interme diaria en esta petición. Por si cabe dicha posibilidad, ahí va mi firma.
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