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Protesta ciudadana en Segovia por la tala masiva de árboles centenarios

La radical transformación de un significativo paisaje urbano de Segovia, al convertir uno de sus más característicos bulevares en una vía para la circulación rápida, con el sacrificio de unos tresciento árboles, gran parte de ellos centenarios olmos campestres, quedó ayer en suspenso provisional.

El gobernador civil de la provincia ordenó la paralización de las obras ante la presión de las fuerzas políticas de izquierda, centrales sindicales, entidades ecologistas y ciudadanas, quienes han manifestado su oposición a lo que califican de «atentado contra valores culturales y naturales de primer orden y contra la calidad de la vida de la ciudad».El llamado paseo Nuevo (calles de Ezequiel González, Conde de Sepúlveda y Obispo Quesada) constituye una de las principales arterias de la nueva Segovia y soporta una elevada densidad de población, un creciente auge comercial y un progresivo aumento del sector servicios. Pese a ello, oficialmente y desde hace algunos años está considerado como travesía y depende como tal de Obras Públicas, al enlazar dos carreteras nacionales, si bien en la práctica el tráfico que circula por el mismo es predominantemente ciudadano. En base a dichas competencias, el MOPU elaboró el pasado año, a través de la Jefatura Provincial de Carreteras, el proyecto de transformación, que contempla un ensanche de la calzada, con la reducción, aproximadamente a la mitad, del espacio actual de las aceras y un trazado de una mediana central que aislaría ambos sentidos de dirección; su realización pasaría por la tala de la inmensa mayoría del arbolado del entorno el cual fue plantado, tras rigurosos estudios a finales del siglo XVIII, por la Real Sociedad Económica de Amigos del País.

El proyecto en cuestión recibió el visto bueno del último Ayuntamiento no democrático y pasó el pertinente período de información pública ante el general desconocimiento de la población. La reacción no se suscitó hasta meses después, cuando un grupo de ciudadanos se percató de la drástica transformación que se cernía sobre el paseo. Vecinos, intelectuales y artistas suscribieron entonces un escrito denunciando la masiva tala del añejo arbolado. Meses después, a finales del pasado año, el mismo grupo convocó una asamblea abierta, al objeto de exponer su oposición y presentar una solución alternativa en consonancia con las verdaderas necesidades de la vía. Además de la defensa de la masa arbórea, se hacía constar la peligrosidad de la nueva vía rápida, toda vez que en el trayecto se asientan los accesos a una residencia juvenil, la estación de autobuses, un ambulatorio, un colegio nacional, un colegio menor, un instituto de enseñanza media, un taller de trabajo de subnormales, la estación de ferrocarril y dos templos abiertos al culto. En base a todo ello, se calificaba el proyecto como aberrante.

La alternativa al mismo contemplaba el mantenimiento de la actual anchura de la calzada sin la mediana divisoria. El acondicionamiento de las aceras y la creación de aparcamientos en batería respetando la mayor parte de los árboles. Se mantenían con ello los valores del entorno e incluso se reducía el presupuesto. La respuesta del delegado del MOPU, señor Sariz, y del ingeniero autor del proyecto, señor Albarrán, fue de que la obra estaba contratada y se hacía tal como se había proyectado o desaparecería la subvención oficial. Paralelamente se produjo una intoxicación informativa de cierto sector oficialista en defensa de la obra y en desprestigio de sus opositores. La adjudicación de la misma había recaído en la empresa Cotos, SA, que redujo el tipo de licitación inicial de sesenta millones a 48. El comienzo de los trabajos estaba previsto para primeros de año, pero se ha retrasado hasta estos días, presumiblemente, a causa de las elecciones municipales, en las que, por cierto, ninguna fuerza política asumió el tema en sus respectivas campañas.

Así las cosas, el pasado martes la Comisión Municipal Permanente aprobó en el turno de urgencia, y a propuesta de la mayoría ucedista con la abstención del grupo socia lista, la retirada por parte del Ayuntamiento del actual alumbrado, lo que significaba de hecho la aprobación de la nueva Corporación al proyecto. El miércoles entraron en acción las máquinas excavadoras, derribando más de medio centenar de árboles, y esa misma tarde tuvo lugar una reunión de fuerzas políticas, sindicales y ciudadanas, en la que se acordó exigir la inmediata paralización de las obras a las autoridades competentes y la convocatoria de una concentración pacífica en uno de los puntos del paseo. En la mañana de ayer, el senador del PSOE y el responsable político del PCE trasladaron el asunto al gobernador civil, quien ordenó, como se ha señalado al principio, la paralización de los trabajos. Hasta entonces ya se al centenar los árboles aniquilados y el panorama que presentaba ayer el bulevar, con las masas arbóreas tendidas, resultaba desolador.

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