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Entrevista:

Pablo Serrano expone en París sus creaciones sobre el pan

« El pan cortado y repartido. El pan como alimento primario del hombre. El pan cortado y repartido como una unidad abierta a la libertad, a la cultura, al desarrollo, a la comunicación y a la creación. El pan, que relacionado con el conocimiento y con el desarrollo alimenta la inquietud. El pan, que nos hace libres.» Tal fue el desarrollo literario dicho para EL PAIS, por el escultor español Pablo Serrano sobre la exposición titulada El pan, que ha inaugurado en la galería Darthea Speyer, de París.El profesor José Luis J. Aranguren, en la presentación que figura sobre el catálogo de las quince esculturas y ocho dibujos, estima que esta nueva obra de Pablo Serrano se resume en tres determinantes esenciales: «La unidad en la profunda variedad, el sentido humano» («la palabra humanismo apenas me gusta») del que está penetrado el arte de Pablo Serrano, la conjunción constante de lo concreto y de lo abstracto que se manifiesta. El crítico Pierre Restany presenta a Pablo Serrano como un «Chardin tridimensional» (Juan Bautista Chardin fue un célebre pintor francés del siglo XVIII, autor de retratos, bodegones e interiores), y observa al analizar la escultura del artista español: «Se rompe el metal como se rompe el pan, y cada fragmento vive condensándose, símbolo del mito dualista de la comunión-comunicación.»

Pablo Serrano, que celebró su última exposición en París, en 1973, en el Museo de Arte Moderno de la Villa, respondió a algunas preguntas que le propuso EL PAIS:

Pregunta: ¿Por qué el pan, hoy, como pretexto creador?

Respuesta: Porque hay que volver a los orígenes. En mis etapas anteriores esta búsqueda ya se realizaba intuitivamente. Con El pan, se ha materializado racionalmente. El pan, alimento primario, hoy es también el pan de la cultura, del amor, de la amistad, de la libertad.

P.: ¿Tiene alguna relación el pan, hoy, con la realidad española?

R.: No sólo tiene relación, sino que este pan es totalmente consecuencia de la angustia española de los tiempos más recientes: de la necesidad de comunicación, de las etapas hacia la unidad, hacia la libertad. En este plano tiene una doble significación, cultural y social (libro y pan). España ha crecido económicamente, pero lo pasará mal de no crecer culturalmente.

P.: Centrando más la relación de El pan con la realidad presente española, ¿qué tiene que ver su pan con la violencia, con el regionalismo incipiente, con ETA?

R.: El problema regionalista es cultura, y todo lo que es cultura confirma la lucha justa por la individualidad. Claro, lo difícil es encontrar soluciones prácticas, tangibles, pero, en todo caso, sólo a través de la cultura (pan-comunión-comunicación) se encontrarán estas soluciones.

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