Todos contra el estatuto
« La reacción en contra del estatuto del trabajador, recién aprobado por el Gobierno, ha sido general y contundente. Y, justamente, la generalización y la contundencia de las reacciones en contra obligan a pensar si lo que se rechaza es el contenido del proyecto de ley que han de debatir las Cortes o es la propia necesidad de un estatuto del trabajador lo que se cuestiona. ( ... )Como es sabido, para Comisiones Obreras es regresivo en cuanto a la jornada semanal con la "coartada" de que la disminución de horas de quienes trabajan haría aumentar los puestos de trabajo. Para la UGT no es el estatuto previsto en la Constitución ni tiene filosofia básica de ningún tipo, objeciones tan etéreas como corresponde a la excepcional situación de transitoriedad del partido a cuyos imperativos responde. Y para el SU no pasa de ser una reelaboración de las leyes franquistas con recorte incluso de derechos ya alcanzados por los trabajadores, con lo cual, al tiempo que critican el franquismo, se aprovechan de los "derechos" que concedió al mundo del trabajo a cambio de otras libertades que hoy ya existen e invalidan la supervivencia de ciertos privilegios.
Y en el mundo empresarial, la CEOE valora positivamente la conclusión del estatuto, pero no se ha pronunciado sobre su contenido por no haber sido informada a tiempo, lo que hace pensar en que debe haber dos sectores de opinión en su seno: los que creen que "menos da una piedra" y se conforman, y los que no se atreven a elevar voces en contra por si la operación no cuaja y todo queda como está y es peor.
Por su parte, el estatuto del trabajador tampoco ha encontrado eco favorable de los medios políticos. El Partido Socialista Obrero Español lo descalifica plenamente por su normativismo y antisindicalismo. Coalición Democrática, olvidando que en su día pidió un estatuto de trabajo en lugar de un estatuto del trabajador, se limita a señalar la no inclusión en el proyecto de ley de una regulación del derecho de huelga. Y por lo que respecta a UCD, la solidaridad en el seno del Gobierno sobre el proyecto de un ministerio parece haber prevalecido sobre los objetivos previstos en el Congreso y la ofertas hechas en la campaña electoral. El proyecto de ley para muchos centristas no responde al criterio propugnado de integrar en el modelo la sociedad "un sindicalismo de participación, reformista y reivindicativo, democrático, de todos los trabajadores en su más amplio sentido y de vocación europea". Con este estatuto, dicen los más duros, no se propicia "la creación de una conciencia pública estimuladora de la productividad y de la responsabilidad" ( ...)
8 de junio
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