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La prensa parisiense acusa a la polícia española de "maltratar" a turistas franceses

«Toda esta historia me parece bastante sorprendente y, por añadidura, se produce en el momento justo en qué comienza la campaña turística», declaró a EL PAÍS el embajador de España en Francia, Miguel Solano, al interrogarle sobre «los 55 turistas franceses aporreados por la polícia española». Este es uno de los titulares sensacionalistas de la primera página de la prensa parisiense, que ayer dio cuenta con amplitud de un incidente que se produjo hace más de un mes en una discoteca de Lloret de Mar (Gerona).

«Las graves acusaciones contra la policía española», según estimación del independiente Le Monde, se produjeron anteayer en Nimes (Francia), en una rueda de prensa ofrecida por el señor Pezet, alcalde de un pueblecito de esta región, Langlade, y por el presidente del equipo de fútbol de la misma localidad, señor Fabre. Los hechos acaecieron el pasado 29 de abril, pero sólo ahora se han revelado públicamente. La historia se desarrolló como sigue: 55 personas del pueblo, entre las que figuraban las dos citadas, los jugadores del equipo de fútbol, familiares y forofos atravesaron la frontera en un autobús para disfrutar de tres días de vacaciones en la provincia de Gerona. Una vez instalados en su hotel, después de la cena, una parte sustancial del grupo de turistas decidió terminar la velada en la discoteca denominada El Flamenco.Según las manifestaciones de los dos portavoces de los franceses, todo se desarrolló normalmente hasta que, a las dos de la madrugada, llegó la policía y «evacuó brutalmente el local»; fue a la salida cuando parece ser que estalló la gresca que, sin motivo alguno, afirman los franceses, dio lugar «a la violencia policial gratuita, al chantaje, al arresto arbitrario». Según el alcalde de Langlade, aquello fue «una verdadera agresión, una pesadilla, un verdadero filme de Costa-Gavras».

En total, aseguran los franceses, doce turistas, dos eran mujeres, fueron heridos. Nueve tuvieron que ser atendidos en un hospital. Fue aquí en donde la policía detuvo a tres de ellos y los condujo a la comisaría. Uno quedó en libertad y los otros dos, «sin saber por qué», permanecieron encarcelados durante un mes, hasta que se les comunicó que habían sido detenidos por «agresión». Sus familias tuvieron que pagar una fianza de 4.000 francos (65.000 pesetas, aproximadamente) para que fueran liberados.

¿Por qué esperar un mes para denunciar los hechos? El alcalde de Langlade asegura que «las familias de los detenidos temían, no sólo por la seguridad de los presos, sino por sus vidas, mientras permanecieran en prisión». No obstante, también ha asegurado que el Ministerio francés de Exteriores y el consulado español en París fueron advertidos, pero que no respondieron. Las autoridades españolas en París, consultadas ayer, estimaron que «a partir de un hecho cierto, es decir, de uno de esos jaleos clásicos que, a veces, se organizan al final de una noche, aquí se ha explotado el asunto con intención aviesa». En este sentido se recordaba uno de los comentarios de la prensa de ayer: tras recordar que los nueve heridos han presentado una denuncia pidiendo explicaciones, un diario subrayaba que «tales explicaciones pueden interesarles también a los candidatos a las vacaciones en la Costa Brava». El escándalo, en cualquier caso, fue extensa y debidamente desplegado ayer por todos los medios de información impresos y radiofónicos desde las primeras horas de la madrugada.

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