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La crisis del Sahara y la conferencia de la OUA

Rabat ha advertido seriamente a Argel sobre nuevos ataques polisarios

El secretario general de la OUA, Edem Kodjo, partió ayer de Marruecos después de haber sido recibido el martes por la noche en Fez por el rey Hassan II, y sin haber querido revelar a la prensa el contenido de la misión que efectuó la víspera en Argel por encargo del soberano marroquí.

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La prensa marroquí estimaba el miércoles, sin embargo, que Kodjo había ido a Argel con un mensaje de Hassan II para el presidente de aquel país, Benjedid Chadli, que era una «severa advertencia» a Argelia por los continuados ataques del Polisario en territorio de Marruecos no cuestionado por el Polisario.En efecto, el viernes último, una columna del Polisario tendió una emboscada al Ejército marroquí entre las localidades de Tan-Tan y Tarfaya, en una zona fuera del Sahara, que reivindica el Frente Polisario. Inmediatamente después de la primera entrevista de Hassan II con Kodjo, el soberano marroquí convocó al Consejo de Seguridad de Marruecos, tras cuya reunión se emitió un lacónico comunicado que afirmaba que habían sido tomadas las «medidas políticas y militares que se imponen».

La segunda entrevista del martes entre Kodjo y Hassan II fue rodeada de gran solemnidad, y el monarca se hizo acompañar por el primer ministro, los ministros de Información y del Interior, el presidente del Parlamento, y sus influyentes consejeros Reda Guedira, Bensuda y Driss Slaui.

La prensa marroquí consideraba ayer el último ataque polisario como un intento de reavivar la cuestión del Sahara ante la proximidad de la cumbre de la OUA, que debe iniciarse el próximo mes de julio en Monrovia. Algunos periódicos locales se preguntaban ayer si con este ataque no se inicia una nueva escalada «para convencer a los países africanos de la implantación del Polisario».

En el plano interno se teme que de producirse nuevos ataques polisarios Marruecos se vería en la necesidad de dar una respuesta militar de envergadura. Después de haber prometido el pasado 8 de marzo que las agresiones contra Marruecos habían llegado a un límite intolerable y que en adelante serían respondidas y tras aprobar el Parlamento y los partidos políticos el ejercicio del derecho de persecución, proclamado pero hasta ahora no aplicado por el Gobierno marroquí, la posición interna y la credibilidad del Gobierno se verían afectadas si no se reacciona contra ulteriores ataques.

La visita de Kodjo a Marruecos y la posterior a Argel parecen, sin embargo, haber sobrepasado el marco de la intención que se le atribuye de haber sido un simple portador de un mensaje real. El secretario general de la OUA trajo, al parecer, las conclusiones y propuestas formuladas por la comisión de notables africanos, concretamente los presidentes de Mali y Nigeria,

La preocupación por verse aislados en esas tres reuniones, que parece prácticamente un hecho después de las recientes declaraciones del presidente Tito de Yugoslavia, de apoyo al ejercicio del derecho a la autodeterminación por los saharauis, sólo tiene punto de comparación en la preocupación con que se ve en Rabat la evolución interna de Mauritania. La posibilidad de una Mauritania futura aliada de Argelia quita el sueño a los dirigentes marroquíes, que no obstante cuentan con la rivalidad entre Libia y Argelia y la posibilidad de que a la muerte de Burguiba, Gadafi presione demasiado a sus sucesores para la fallida unión libio-tunecina, lo cual, para los dirigentes marroquíes, llevaría a un acercamiento de Marruecos y Argelia.

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