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Los alcaldes de Rota, Torrejón y Zaragoza piden compensaciones por los riesgos de sus ciudades

Los alcaldes de los tres municipios en los que existen bases militares de utilización americana -Zaragoza, Rota y Torrejón de Ardoz- se reunieron ayer en el último de los ayuntamientos citados, a fin de emprender acciones conjuntas en reivindicación de compensaciones por los riesgos que causa la proximidad de las bases.

Junto al deseo de que sean eliminados los «aspectos coloniales» derivados de las excesivas concesiones hechas a los norteamericanos, los alcaldes van a preguntar al Gobierno español dónde han ido a parar los ochenta millones de dólares anuales previstos en el tratado hispano- norteamericano para ayuda cultural y tecnológica, de los cuales no se ha visto una peseta.«Denunciamos», afirman los tres alcaldes en un documento conjunto, «que los graves problemas planteados en nuestras ciudades han sido ignorados hasta el momento por las autoridades españolas y americanas.» Igualmente, dicen que, tras veintiséis años de presencia americana, «nuestras ciudades sólo han experimentado los riesgos, peligros e incomodidades de las bases, sin que nada se haya hecho en el terreno de la cooperación cultural o educativa».

De cara a una posible renovación de los tratados -los actuales vencen en 1981 - piden que las tres ciudades implicadas sean consultadas, en especial en los aspectos directamente referidos a sus habitantes y al reparto equitativo de las compensaciones económicas y culturales al Estado español, así como la participación en el control posterior de la ejecución de los acuerdos.

Los tres alcaldes -Lope Chillón, de Torrejón; Fernando Tejedor, de Rota, y Ramón Sainz de Varanda, de Zaragoza- se manifestaron personalmente partidarios de que no haya bases militares extranjeras en nuestro país, pero hicieron hincapié en que la actuación que han emprendido no la hacen en nombre de su partido, el PSOE, sino de sus respectivos ayuntamientos.

Incluso el alcalde de Rota trató de dejar claro que, si la base desapareciera, la población sufriría las consecuencias, puesto que «vive indirectamente de los americanos» y en tantos años nadie ha previsto alternativa económica alguna. A este respecto citó la desnuclearización de Rota y la salida del escuadrón de Polaris, positiva por tantos aspectos, pero que va a dejar en paro a un centenar de trabajadores españoles.

Sin embargo, una población grande, como Zaragoza, tiene una dependencia económica mucho menor de la base-además de que los americanos no compran aquí ni las lechugas», en palabras de su alcalde-, lo cual, unido al problema adicional de un polígono de tiro al lado de la ciudad y a los numerosos accidentes sufridos por los aviones americanos, hacen que la opinión pública de la ciudad esté muy sensibilizada en contra de la presencia americana.

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«Está muy claro que España no debe pertenecer a la OTAN; en cuanto a las bases americanas, están ahí, y nuestras ciudades tienen derecho a ser compensadas por los riesgos que sufren», resumió el alcalde de Torrejón.

A lo largo de la conferencia de prensa celebrada al término de la reunión, insistieron en gran número de aspectos negativos, especialmerte los derivados de haberse convertido en un objetivo estratégico, junto con la degradación social -aumento del consumo de droga, enfermedades venéreas, etcétera- que, si no es culpa directa de la presencia americana, sí es una de sus secuelas.

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