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Reportaje:

Centenares de miles de personas se manifiestan en todo el mundo contra la energía nuclear

Varios centenares de miles de personas, convocadas por diversas organizaciones ecologistas, se manifestaron ayer en todo el mundo, fundamentalmente en América y en Europa, con ocasión de la celebración de la primera jornada internacional de lucha contra la energía nuclear. En España, la jornada tuvo un saldo dramático, con la muerte de una manifestante en udela (Navarra) por disparo de la Guardia Civil (véase información en página 17). Las manifestaciones fueron especialniente numerosas en aquellas ciudades o comarcas donde se están construyendo centrales nucleares.

Más información
Joven muerta por disparos de la Guardia Civil en la manifestación antinuclear de Tudela

La jornada de lucha contra la tecnología atómica que se celebró el domingo en los países industrializados del mundo occidental marca un importante hito en la trayectoria del movimiento ciudadano de oposición a las centrales nucleares.Por primera vez en la historia, se manifestaron de forma coordinada los miles de grupos antinucleares de la República Federal de Alemania, Austria, Suiza, Francia, Italia, España, Bélgica, Luxemburgo, Holanda, Suecia, Dinamarca, Inglaterra, Irlanda, Estados Unidos y Japón.

Pero tan importante como pueda ser el que se haya logrado coordinar internacionalmente un movimiento que nació de forma local y espontánea lo es el que esta primera acción internacional del movimiento antinuclear sea para pedír una moratoria.

Es este un planteamiento calificado por los ecologistas de moderado, en el que se pide se detengan las obras de las centrales nucleares en construcción y se paren las que ya estén funcionando, hasta que el pueblo se pronuncie libremente sobre este tema, tras un intenso período de información y debates públicos.

Con esta postura el movimiento antinuclear pretende abrir sus filas a todos aquellos que sin negar radicalmente la posibilidad nuclear, dudan de la conveniencia de implantarla ahora mismo. Por otro lado, los ecologistas facilitan así las cosas para que los partidos parlamentarios de izquierda puedan iniciar un acercamiento a esta gran corriente popular.

Según se desprende de la estrategia ecologista, la moratoria deberá servir para que la izquierda tome una postura clara en el tema nuclear y tenga tiempo de corregir sus planteamientos desarrollistas, en ocasiones calcados de los de la derecha.

Los antinucleares piden un debate, por considerar que las discusiones habidas hasta ahora han sido sumamente confusas.

Los planificadores de las industrias eléctricas, que, en opinión de los ecologistas, están aprovechando esta situación para llevar a cabo una política de hechos consumados, consideran la energía nuclear como principal alternativa ante la crisis energética y califican de utópico pretender solucionar este problema sólo con tecnología como la solar, el gas metano conseguido a partir de desperdicios, la energía del aire y, principalmente, el ahorro y utilización de las fuentes de energía tradicionales.

Sin embargo, los ecologistas insisten en que aquí no se trata de soluciones tecnológicas puras y neutras, sino de soluciones políticas, y ven en lo nuclear un intento de perpetuar el actual derroche de recursos. Para ellos, las centrales nucleares son el ejemplo más destacado de un sistema tecnológico que nos conduce a un modelo de sociedad autoritario y centralizado, en el que la tan citada necesidad de asumir los riesgos del progreso se traduce en un progresivo control policial de la sociedad.

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