Brejnev llega a Hungría para hablar de desarme en Europa
El viaje del jefe del Estado soviético, Leónidas Brejnev, a Hungría no debe considerarse como una visita protocolaria y amistosa, sino más bien, con un significado personal y político, seguido por los observadores occidentales con gran interés, al efectuarse dos semanas antes del encuentro que tendrá lugar en Viena entre Brejnev y Carter.
El secretario general del PCUS, cuyo precario estado de salud ha sido utilizado en los últimos meses para señalar que dentro de la dirección política de la Unión Soviética, era ya una figura decorativa, realizó el viaje desde Moscú a Budapest en avión, en contra de quienes afirmaban que por prescripción médica no debía utilizar este medio de locomoción. En el aeropuerto, con una temperatura superior a los treinta grados, permaneció durante media hora bajo el sol en la ceremonia de despedida. Diplomáticos occidentales que se encontraban presentes señalaron a EL PAIS que si bien su andar era lento y rígido, presentaba un buen aspecto físico y ha conversado más de lo habitual.Todo parece indicar, pues, que su presencia en la capital húngara por espacio de 36 horas no será solamente representativa. Tema fundamental de la visita parece ser la distensión militar en Europa. En su discurso electoral al Soviet Supremo de la URSS, en el mes de marzo pasado, Leónidas Brejnev sugirió una especie de pacto de no agresión entre los países que firmaron el Acta de Helsinki. El tema fue recogido en la reunión ministerial del Pacto de Varsovia del pasado mes de mayo, celebrado, precisamente, en Budapest, y se propuso la celebración en Hungría, antes de la reunión de Madrid, de una conferencia paneuropea sobre la detente militar.
Se ha previsto que, de celebrarse, en la conferencia se aborden los temas del pacto de no agresión y de no recurrir a la fuerza. Cada una de las partes se comprometería a no ser la primera en recurrir a las armas, tanto nucleares como convencionales. Se adoptarían medidas de confianza en el dominio militar, como son la notificación de movimiento de tropas, ejercicios aéreos y maniobras navales.
Otra de las cuestiones que pueden ser planteadas a Brejnev en su visita a Budapest es el futuro de la dirección política húngara. Janos Kadar, de 67 años, que lleva veintidós como jefe de su país, parece dispuesto a retirarse y su sustitución necesitaría el visto bueno del Kremlin.
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