La polémica socialista
Muy graves responsabilidades le corresponden a Felipe González por tratar de llevar al Partido Socialista a posiciones social-demócratas, siguiendo los intereses de alemanes y de otros Estados, los cuales después de muchos años de Gobierno social-demócrata no han conseguido más que el resto de los otros partidos políticos de esas naciones: seguir manteniendo el capitalismo y crear paro.Después de la derrota trató de influir en los delegados aprovechando su carisma y dotes de orador, que no cabe duda posee. Si fuera un verdadero demócrata hubiese aceptado el resultado de la votación, no renunciando a presentarse a la reelección, ya que la asamblea así se lo proponía, pero escudándose en la ética y la moral, como castigo por la derrota, renunció al puesto.
El partido tiene cien años de existencia y no lo ha levantado Felipe González; lo han levantado las ideas de sus fundadores, que fructificaron en las masas, y puede seguir sin Felipe otros cien años más.