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Un payaso arbitrario

La República Centroafricana pasó a ser Imperio el 3 de diciembre de 1976. Su emperador, «enviado de Dios», Jean Bedel Bokassa, antiguo soldado del Ejército colonial francés y dueño de las vidas y haciendas de sus dos millones de compatriotas-siervos, era ya el detentador absoluto del poder desde el 31 de diciembre de 1965, fecha en la que derrocó por la fuerza a su primo, David Dacko. Al día siguiente, el nuevo jefe de Estado declaró que su misión era acabar con la corrupción, la incompetencia y la dolce vita de los funcionarios del antiguo régimen. Sus primeras palabras fueron: «La burguesía ha sido suprimida.»También fueron suprimidos el Parlamento, la Constitución, los partidos políticos (excepto el del presidente), las elecciones y las cabezas de todos sus oponentes. La arbitrariedad comenzó a campear por todo el país y se impusieron métodos expeditivos de represión para todos los delitos, mutilaciones y muerte incluidas. El nuevo mesías se proclamó presidente vitalicio de la República, líder del partido único, Movimiento para la Evolución Social del Africa Negra, acaparó la mayoría de las carteras ministeriales, se ascendió a mariscal y se autoproclamó comandante en jefe del Ejército. Apoyado en la fuerza de éste y en la ayuda económica de la antigua metrópoli, Francia, ha ido manteniéndose en el ejercicio del poder hasta ahora, sobreviviendo a varios atentados.

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El embajador del Imperio Centroafricano en París califica de asesino a Bokassa I
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