Madrid, "zona nacional"

Si mal no recuerdo, existe una disposicion que prohibe el uso de la enseña nacional en actos de tipo partidista, y dicha ordenanza parece que no ha sido derogada.Resulta, cuanto menos, grotesco que la extrema derecha, que clama sin cesar ante la disgregación de la unidad española. utilice de forma bochornosa y excluyente los colores nacionales en todas las manifestaciones por ella convocadas, manipule esta circunstancia para identificar la bandera (nuestra, de todos) con su ideología y practique por este medio su estúpida y fantástica demagogia «española» y «nacional». ¿No es esta una forma más de división?

De seguir este abuso, los colores rojo y amarillo, en los que deberían verse integrados todos los españoles, perderán su alto significado.

En estos actos también proliferan con indignante impunidad los insultos al Jefe del Estado, hecho que atenta contra dos principios fundamentales: primero, al respeto debido a toda persona, y segundo, y más grave, por ir en contra de la inviolabilidad del Rey, reconocida en el articulo 56-3 de la Constitución. Aunque esta actuación no es de extrañar, por venir de quienes se autotitulan de «orden». ¿Cómo habrían reaccionado estos «salvadores de la patria» si hace unos años se hubiese insultado públicamente al dictador? Hasta cuándo se va a consentir esta actitud?

Dadas estas circunstancias, la referencia del editorial de EL PAÍS del 10 de mayo a la no utilización de la enseña nacional por la izquierda parlamentaria me parece totalmente fuera de lugar, pues creo que sería absurdo y contradictorio que unas fuerzas políticas que se han mostrado respetuosas, pese a su ideología republicana, con los símbolos del Estado utilizasen la bandera como seña de identidad propia y partidista.

La bandera y el Rey son símbolos de la unidad de la nación española, son de todos; por tanto, dejémosles en el lugar que les corresponde como tales y guardémosles el respeto debido.