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Duro revés para la política africana de Carter

El levantamiento de todas las sanciones económicas y comerciales contra Rodesia, apenas tome el poder el nuevo Gobierno de mayoría negra, fue pedido ayer por el Senado norteamericano, en una resolución que supone un serio e inesperado revés para la política africana del presidente Jimmy Carter.Por 75 votos a favor y diecinueve en contra, la Cámara alta del Congreso estadounidense aprobó la citada resolución, en la que se considera que las recientes elecciones celebradas en Rodesia fueron «libres e imparciales», y se pide al presidente Carter que ponga fin a las sanciones contra la ex colonia británica en un plazo de dos semanas después de la toma de posesión, el próximo 1 de junio, del nuevo primer ministro rodesiano, el obispo Abel Muzorewa.

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Posible reconocimiento anticipado del nuevo Gobierno rodesiano

La resolución expresa el «sentir del Congreso» y supone en la práctica la aceptación por el Senado norteamericano de la «solución interna» a la crisis rodesiana creada por lan Smith. Para los legisladores estadounidenses, la transición al Gobierno de mayoría de color se ha efectuado de forma plenamente aceptable.

Hasta ahora, la política de la Administración Carter ha venido resistiendo las presiones de amplios sectores del Congreso y ha tratado de mantener un equilibrio entre el Gobierno de Salisbury y su «solución interna» y las guerrillas del Frente Patriótico. La resolución del Senado pide un informe al jefe del ejecutivo norteamericano, en el que se pronuncie sobre las elecciones celebradas en Rodesia.

Si Carter se muestra convencido de la libertad e imparcialidad de las elecciones que dieron la victoria a Muzorewa, el levantamiento de las sanciones contra Rodesia sería algo automático. Pero si el presidente se declara no satisfecho, el Senado podría votar la suspensión de las sanciones, decisión que, a su vez, podría ser vetada por el presidente

En el plazo de un mes, Carter tendrá que presentar su informe al legislativo norteamericano, poniendo fin a su política actual de «esperar y ver».

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La inesperada votación del Senado servirá, pues, para acelerar los acontecimientos en un sentido u otro. Entre los legisladores que votaron en contra de la resolución se pensaba ayer que ha sido una toma de partido apresurada, que no tendrá otra utilidad que la de colocar en una situación embarazosa, dentro y fuera del país, al Gobierno de Jimmy Carter.

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