Las minorías pidieron la revisión del Plan Energético

Dentro de las intervenciones de los grupos parlamentarios minoritarios, Maciá Alavedra, por Minoría Catalana, manifestó que nos hallamos al final de la era de la energía barata. Pidió al Gobierno que en el plazo de quince días presente un plan para el ahorro de energía y solicitó un estudio sobre el accidente de Harrisburg y la creación de una comisión parlamentaria de encuesta que valore los estudios gubernamentales y técnicos sobre la peligrosidad de las centrales nucleares.Por parte del Grupo Mixto intervinieron tres diputados. Juan María Bandrés, de Euskadiko Ezkerra, después de preguntarse qué intereses existen detrás de determinados partidos y comentar que los accidentes nucleares son numerosos, pidió la paralización de Lemóniz, central que calificó de problema político. Jesús Aizpún, de Unión del Pueblo Navarro, se mostró favorable a las centrales nucleares y contrario a la nacionalización del sector. Blas Piñar, de Unión Nacional, después de afirmar que «hay una politización de la energía nuclear y un deseo explícito de producción de pánico» y de considerar que el precio del petróleo es prohibitivo, comentó que en el PEN no se preveía como fuente la agricultura energética, es decir, el alcohol.

Nacionalizar el sector

José María Benegas, en representación de los socialistas vascos afirmó que el PEN, «salvo introducción de modificaciones, nos parece inaceptable», y que primero ha de hacerse un plan económico a medio plazo y luego un programa energético, y no al revés. «Lo lógico sería -dijo- suspender toda la inversión nuclear.» Finalizó su intervención preguntándose por qué razón el sector energético nuclear está en manos privadas, para afirmar que los socialistas vascos están a favor de la nacionalización del sector. Por último, pidió que se paralizaran las obras de Lemóniz.

Miguel Angel Arredondo, del Grupo parlamentario Andalucista, planteó que la opción nuclear es sustituir un proveedor que consume poca energía -los países árabes- por otro que es un gran consumidor, Estados Unidos, por lo que tampoco resulta desechable una crisis energética en un plazo de tiempo más o menos largo.