Thomas Gilliam,
profesor de Educación Física de la Universidad de Michigan, ha llegado a la conclusión, tras un detenido estudio, de que muchos niños son víctimas en potencia de ataques al corazón porque toman demasiadas golosinas y pasan mucho tiempo delante del televisor, en lugar de hacer ejercicio físico. Esto no quiere decir que estos niños hayan de padecer necesariamente crisis cardíacas, pero se les están creando hábitos que comportarían este riesgo.
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