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Los aficionados contestan los carteles isidriles

Canorea justifica sus combinaciones

Al terminar la novillada del domingo en Las Ventas, grupos de aficionados, que coincidieron en el patio de arrastre, manifestaron a miembros de la empresa de la plaza su total desacuerdo con los carteles de la feria. Hubo algunas frases muy duras.Diodoro Canorea, sin embargo, tiene sus razones, que nos manifestó en la mañana del domingo. Piensa que los carteles que ha montado para la feria son los que deben ser y los que pueden ser. Lamentó que EL PAÍS y los aficionados hayan sido particularmente duros al juzgarlos.

Respecto a la inusitada abundancia de rejoneadores, nos dijo: «Mire usted: los rejoneadores han tenido siempre un gran comportamiento, han hecho muchos favores a los empresarios, a la afición y a todo el mundo, y además, a la gente les gusta verlos. Como hay dos grupos tengo que ponerlos a ambos y ya veremos los resultados. Tenga la seguridad de que serán buenos.»

En cuanto a los precios: «Sí, son los mismos para todas las corridas. Pero esto es debido a que, como íbamos muy mal de tiempo y teníamos a la vista la huelga de imprentas, hicimos el taquillaje sin estar rematados los carteles y optamos por fijar un solo precio para todos los festejos. De ahí ha venido, precisamente, que en las combinaciones más flojas, para compensar, hayamos incluido a uno o dos rejoneadores. Se trataba, por tanto, de mejorar los carteles.»

Los motivos de algunas ausencias son los siguientes, según Canorea: Curro Romero exigió torear las corridas de Baltasar Ibán ni Manolo González, que ya estaban comprometidas; Galloso imponía torear la de Samuel (también formalizada), y en caso contrario no venía a San Isidro, con Robles y Domínguez no hubo acuerdo, y además, no hay sitio para todos; cuando Antonio Chacón y El Almendro triunfaron en Sevilla, ya estaban hechos los carteles de San Isidro.

«Sólo pido -añadía Canorea- un poco de comprensión y que esperen a que se celebre la feria, que se ha organizado sin engaños, con responsabilidad, con la mejor voluntad y procurando hacer bien las cosas, y por otra parte, con serias dificultades en lo que concierne a premura de tiempo, pues, la subasta se celebró ya muy tarde y quedaba poco margen para programar los carteles».

Eliodoro Canorea manifestó también a EL PAÍS que ha pagado el 50% del canon de arrendamiento: «El día 30 de abril ingresé en la Diputación los ochenta y pico millones que son la mitad del canon. Todo está en regla, he cumplido todos los plazos y obligaciones, y no tengo ningún problema con la Corporación.»

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