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El Ejército italiano, posible vigilante de la campaña electoral

Juan Arias

En la noche del viernes tuvo lugar una nueva oleada de atentados terroristas en varias ciudades de Italia: Turín, Milán, Génova y Nápoles. Una serie de bombas estallaron casi a la misma hora en diversos edificios públicos. Ante este clima de tensión, las fuerzas políticas temen que pueda ser difícil la realización de la campaña electoral y por eso ha empezado a estudiarse la posibilidad de emplear al Ejército como fuerza de vigilancia. Se trata de una hipótesis lanzada por el viejo líder socialdemócrata Giuseppe Saragat, presidente de la República, y que ha sido recogida por comunistas y socialistas.Estos últimos han afirmado que ante el aumento del terrorismo no será posible evitar tomar medidas excepcionales, aunque temporales. Y los comunistas piensan que el Ejército podría emplearse como durante el «caso Moro» en funciones de «vigilancia de edificios públicos», para dejar a policía y carabineros más libres para la lucha directa contra el terrorismo.

Por su parte, los policías se quejan abiertamente de la falta de medios y de preparación científica y técnica: «Nos adiestramos en tiro sólo dos veces al año», y han escrito, con rabia, ante tantas muertes de compañeros: «Reconocednos, por lo menos, el derecho de poder escoger cómo morir. »

Los atentados de la noche del jueves fueron reivindicados por Las Rondas Comunistas Proletarias, y los justificaron, mediante llamadas telefónicas a varios periódicos, como «respuesta proletaria» al desesperado gesto de un obrero en paro, padre de dos hijos, que se encuentra al borde de la muerte, tras prenderse fuego el jueves, ante la puerta del Municipio de Turín, porque se había quedado sin casa.

Algunos observadores piensan que los terroristas han empezado ganando esta campaña electoral. Pedir la ayuda del Ejército es como reconocer un estado de guerrilla larvada y permanente. Por otro lado, hablar, como se está haciendo en todos los comicios, menos de los problemas concretos de la economía italiana y de las reformas necesarias que de vencer el terrorismo, es reconocer que los terroristas no son un puñado de exaltados, sino una componente social capaz de condicionar la vida política nacional.

La sorpresa radical

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Mientras tanto, los primeros sondeos electorales dan ya a entender que los italianos están dispuestos a seguir votando prácticamente igual que los últimos años. De hecho, estos sondeos, a un mes del voto, hablan de un pequeño aumento de la DC, de una pequeña pérdida de votos del PCI, de un ligero aumento de los socialistas y de un bajón de los partidos menores, excepto los de extrema izquierda.Sólo constituye una sorpresa y es el tema de conversación en los círculos políticos, la explosión del pequeño, batallador y combativo Partido Radical, de Marco Pannella. Todos los sondeos hablan de un aumento desde su actual 1,1 % de votos al 5 %, lo que le supondría, si las urnas lo confirman, tener veinte miembros en el futuro Parlamento.

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