Hostil acogida en Israel a la decisión de aplicar la pena de muerte
Dos buenas noticias: la llegada a Israel de «siete prisioneros de Sion» -judíos soviéticos liberados por Brejnev- y la travesía del canal de Suez del primer barco israelí -efectuada por el Achdod ayer- fueron eclipsadas por la decisión del Gobierno israelí, a petición del primer ministro, Menahem Begin, de aplicar la pena de muerte a los «terroristas palestinos culpables de crueldades inhumanas». Con excepción del criminal de guerra Adolf Eichmann, ejecutado en 1962, ningún condenado a la última pena ha sido ejecutado en Israel.
El primer ministro ha conseguido que el Gobierno aprobase su decisión con una mayoría de un solo voto. Con cuatro ministros de viaje por el extranjero cuan do fue debatido el tema el domingo, en Jerusalén se preguntan cuál hubiese sido el resultado de la votación, si el Gabinete hubiese estado completo. Begin decidió plantear la aplicación de la pena capital a raíz del ataque palestino en el balneario de Nahariya el día 22 pasado.Es de señalar que la prensa israelí ha condenado unánimemente la petición planteada por Begin a sus ministros. En las argumentaciones de los comentaristas figuran, a la vez, consideraciones morales y prácticas.
Bajo el título «Hay que resistir a esta tentación», el influyente periódico, independiente y liberal, Haaretz, advierte al Gobierno que ceder a la tentación de introducir la pena de muerte «corre el peligro de alentar la sed de venganza.... sin que por ello se haga más eficaz la lucha contra el terrorismo».
El periódico popular Yedioth Aharnoth se pronuncia contra la pena de muerte en nombre de la misma lucha contra el terrorismo. «Si los terroristas saben que la muerte les espera de todas formas, no se rendirán nunca y lucharán hasta el fin, ocasionando un maximun de pérdidas a nuestros soldados», escribe el periódico.
Incluso el diario Maariv, de tendencia ultranacionalista, critica la propuesta de Begin. «Nadie puede pretender que la muerte en la horca sea un arma de disuasión más eficaz que la muerte en combate. En los últimos años, entre el 80% y el 90% de los palestinos que se han infiltrado en nuestro territorio para sembrar la muerte murieron en combate, sin que por ello se haya reducido el número de ataques terroristas.»
En este coro de indignación pública, sólo ha habido una excepción: la del gran rabino sefardita Ovadia Yossef, que, desde su púlpito, sentenció: «La pena de muerte es conforme a la tradición judía.»
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