El Papa nombra a Agostino Casaroli "primer ministro" de la Iglesia
Juan Pablo II nombró ayer a monseñor Agostino Casaroli, actual secretario del Consejo para los Asuntos Públicos de la Iglesia, prosecretario de Estado, cargo similar al de primer ministro. Se espera ahora que, de un momento a otro, el Papa convoque el primer consistorio de su pontificado para nombrar cardenal a Casaroli, ya que, según la Constitución apostólica de Pablo VI, Regimini Ecelesiae Universae -del 15 de agosto de 1967-, el secretario de Estado del Vaticano tiene que ser un cardenal.
El Papa ha nombrado también ayer al actual subsecretario de Estado, monseñor Giuseppe Caprio, propresidente de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica. Hasta ahora, este cargo lo poseía también, junto con el de camarlengo, el secretario de Estado, cardenal Villot. También monseñor Caprio, según las normas de Pablo VI, deberá ser nombrado cardenal para pasar a ser presidente de la Administración del Vaticano.Estos dos nombramientos significan que Juan Pablo II desea sustituir en la dirección de la Iglesia a los tres personajes claves. En efecto, monseñor Casaroli pasa a ser su brazo derecho, el responsable de toda la política de la Curia y de todas las relaciones exteriores de la Iglesia con las conferencias episcopales y diversos gobiernos que mantienen relaciones diplomáticas con la Santa Sede.
Ahora deberá nombrar al sustituto de monseñor Casaroli, el hombre de la osipolitik vaticana, en su cargo anterior. No hay duda que el puesto a que ha sido asignado monseñor Caprio significa que desea poner en un puesto clave, como es la administración del Vaticano, a un hombre nuevo.
¿Ocurrirá lo mismo con el puesto dejado vacante por Casaroli? Se verá si su sucesor es un personaje de la línea de diálogo con los países socialistas como lo fue siempre Casaroli.
La Secretaría de Estado es un cargo que implica la responsabilidad de la política interna de toda la Iglesia y por él han pasado personajes como Montini (Pablo VI) y Benelli. No cabe duda que el nombramiento de Casaroli como primer ministro de la Santa Sede demuestra ya que el Papa ha desmentido a quienes decían maliciosamente que Wojtyla no hubiese soportado como secretario de Estado a un personaje de primera fila y con gran personalidad que pudiese hacerle sombra, y que este pontificado se iba a caracterizar, según algunos vaticanistas, por una política centralizada en torno a un personaje como Karol Wojtyla cada vez con mayor popularidad y con un claro propósito de restablecer la disciplina interna de la Iglesia y la unidad, aun a costa de frenar, en parte, las ansias de diálogo y de investigación teológica que se habían abierto con Juan XXIII, y que Pablo VI, aunque a veces con mucho sufrimiento, no había nunca cerrado.
Monseñor Casaroli, se decía ayer en Roma, es un personaje al que no se puede negar un gran prestigio, no sólo dentro de la iglesia, sino también en el ámbito internacional.
Nuevo administrador vaticano
Monseñor Giuseppe Caprio nuevo propresidente de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica, tiene 64 años. Nació en la localidad de Lapio, sur de Italia; realizó sus estudios eclesiásticos en el seminario de Benevento y los completó en Roma, en la Universidad Gregoriana, donde obtuvo el doctorado en Derecho Canónico.
Prestó servicios en la Secretaría de Estado vaticana y en las representaciones pontificias en China, Bélgica, Vietnam, Formosa y la India, desde 1947 a 1969.
El Papa Juan XXIII le había nombrado arzobispo titular de Apolionia el 14 de octubre de 196 1, y el 19 de abril de 1969, Pablo VI le nombró secretario de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica, cargo que desempeñó hasta el 14 de junio de 1977, en que el mismo Pontífice le designó sustituto de la Secretaría de Estado vaticana.
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