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La DC italiana mantiene su política de "unidad nacional", pero con exclusión del PCI del Gobiemo

Juan Arias

Tras un duro debate, más fuerte de lo previsto, de más de diez horas de duración, el consejo nacional de la Democracia Cristiana italiana (DC) aprobó anoche las líneas generales del informe general presentado por el secretario general de la DC, Benigno Zaccagnini, y un documento que supone un compromíso entre la corriente del secretario general y el sector conservador del partido, que planteaba abiertamente la ruptura con los comunistas. Ambos, documento e informe, fueron aprobados por unanimidad.El documento contiene las líneas maestras que seguirá la DC en las próximas elecciones generales. Su novedad principal reside, según las primeras filtraciones del documento (aún no hecho público a la hora de cerrar esta edición), en que se habla de posibles alianzas con republicanos y socialdemócratas para formar Gobierno tras las elecciones y la decisión de la DC de prestar una mayor atención a los socialistas.

Con relación al Partido Comunista italiano, se subraya que la DC no formará Gobierno con el PCI, pero se mantiene la política de «unidad nacional»; esto es, la colaboración con los comunistas. El sector más conservador y antícomunista de la DC, con Fanfani y Donat,Cattin al frente, exigía la ruptura clara y firme con el PCI y el fin de la política de unidad nacional. Según los observadores, en el compromiso alcanzado entre las dos corrientes democristianas han logrado imponerse las tesis de Zaccagnini.

El dirigente democristiano se presentó ante el consejo Nacional con un informe de más de tres horas, que era prácticamente la respuesta al discurso de Enrico Berlinguer en el congreso del PCI. Berlinguer había dicho que era necesario recortar el poder y la arrogancia de la DC, culpable de impedir a los comunistas la entrada en el Gobierno, por miedo a perder el monopolio del poder. Pero añadió, sin que esta vez el congreso aplaudiese demasiado, que, a pesar de todo, la DC «es un gran partido popular y de la clase media y que en muchos puntos del país cuenta con un número de obreros mayor que el PCI». Berlinguer había defendido la anterior experiencia de la política de unidad nacional, que había dado sus frutos en el terreno económico y en la lucha contra el terrorismo.

Zaccagnini busca votos

Zacicagnini se ha puesto en la misma línea, pero en dirección opuesta. Ha clicho que los electores deben dar más votos a la DC para impedir que el PCI pueda monopolizar el poder en Italia; ha afirmado que su partido no hará gobiernos con el PCI, el cual ha sido el culpable de haber interrumpido la actual legislatura, «porque tuvo miedo de enfrentarse con el problema real del plan trienal». Pero añadió, también esta vez sin muchos aplausos, que, a pesar de todo, el Partido Comunista existe, es una gran fuerza en el país que no se ha inventado él y que no se puede desconocer el esfuerzo real que está haciendo el PCI en su «proceso de democralización».Por eso, Zaccagnini volvió a confirmar la línea de Moro del confronto con el PCI, que significa diálogo y acuerdo progresivo para resolver juntos problemas concretos sin traicionar la identidad de cada partido. Y defendió también, como Berlinguer, la política de unidad nacional, que, según Zaccagnini, «no se puede condenar», porque el país aún no ha salido de la situación de emergencia.

El secretario democristiano aprovechó la ocasión para exaltar el orgullo del partido afirmando: «Somos el partido de la mediación creativa. Hasta nuestros enemigos nos reconocen el mérito d e haber sido siempre fieles a la democracia. Con una DC más fuerte tendremos una Europa más libre», y terminó diciendo: «Venimos desde lejos y tenemos un futuro. Somos un partido científico, porque no es ideológico.»

Diferencias profundas

Pero su postura no fue aplaudida por todos. Más aún, explotó una verdadera guerra dentro del mismo consejo nacional. El grupo conservador y anticomunista de Bisaglia, Fanfani, Donat-Cattin y todos sus seguidores. se opusieron al informe de Zaccagnini, pidiendo que se diese por terminada la experiencia de la política de unidad nacional. «Que se diga abiertamente que la DC desea a los comunistas en la oposición y que se presenten ya desde ahora nuevas fórmulas de alianzas sin los comunistas.»

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