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Espectacular golpe de mano del IRA en el Ulster

La línea férrea y la principal carretera que unen las dos Irlandas pueden permanecer cortadas varios días, como consecuencia de un espectacular golpe de mano perpetrado ayer por el IRA. Siete de sus hombres secuestraron un tren a poco de pasar la frontera, en el condado de Armagh, y dinamitaron su locomotora minutos después.Ejército y policía han acordonado la zona, pero todavía se mantienen alejados del lugar del sabotaje, donde el comando del IRA ha atravesado cuatro grandes camiones que presumiblemente contienen explosivos. Los primeros reconocimientos de las fuerzas de seguridad se están haciendo mediante helicópteros. El maquinista, dejado en libertad por los secuestradores, fue obligado a punta de pistola a detener el convoy de mercancías bajo uno de los puentes de la carretera Dublín-Belfast. Allí la máquina fue volada.

El ataque del IRA se produce al día siguiente de que el ministro para el Ulster, Roy Mason, anunciara en Belfast que se han puesto en vigor nuevas y no reveladas medidas de seguridad para contrarrestar la escalada de los «provisionales». El señor Mason, que se reunió el jueves en la capital provincial con los jefes militar y policial, dijo que el IRA está decidido a interferir la campaña electoral británica. Un portavoz del Ejército Republicano Irlandés, sin embargo, ha declarado que su mortífera ofensiva no tiene nada que ver con las elecciones, y proseguirá después del 3 de mayo.

Iniciativa norteamericana

Mientras el IRA ejecutaba su golpe en el Ulster, la ciudad escocesa de Glasgow era escenario de violentos disturbios provocados por una marcha de más de mil personas, que pedían la retirada de las tropas británicas de Irlanda del Norte. La manifestación, convocada por una veintena de organizaciones, degeneró en arrestos y barricadas cuando contramanifestantes enarbolando banderas del Ulster y la Unión Jack y cantando himnos lealistas se opusieron a los partidarios del cese de la intervención inglesa.

En el terreno político, el primer ministro ha sido el último en pronunciarse sobre las acusaciones de inmovilismo formuladas en Dublín por el presidente de la Cámara de Representantes norteamericana. James Callaghan ha dicho en una conferencia de prensa que «no cree» que el presidente Jimmy Carter esté preparando una espectacular iniciativa diplomática sobre el Ulster. Su impresión ha sido corroborada por fuentes norteamericanas, según las cuales la Casa Blanca, no tiene intención de convocar un nuevo Camp David a propósito de Irlanda.

Ambas declaraciones, sin embargo, contrastan con las impresiones de algunos de los interlocutores del político norteamericano en Belfast, como Ian Paisley, para los cuales está claro que el señor Thomas O'Neill actúa bajo instrucciones del presidente. Carter y, sobre todo, con el clima predominante en círculos periodístico-políticos de la capital británica, donde se cree que una intervención del líder estadounidense formaría parte de su estrategia, electoral, destinada a proyectar una imagen de «pacificador».

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