También esta semana
Terracotas reales como la vida misma. A veces con un deje pop, en camisas y corbatas de un Oldemburg que se nos hubiese vuelto preciosista; otras parecen destinadas a un museo de los horrores. Ya saben, aquello del sueño de la razón empeñado en lo de los monstruos. Los dibujos van por el lado de la mística geométrica y no eluden en los mandalas los primaverale s colores del parchis. Con todo, el pasado académico vicia con un cierto amaneramiento parte de lo que aquí hay de buen hacer.
Francisco Lagares
Galería Egam (Villanueva, 29).
Babelia
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