Mohand Berhache,
argelino reincidente en Francia desde hace veinte años, mató a su hija porque ésta se negaba a casarse con su amante. «Cumplí con mi deber: salvé el hoñor de mi familia», dijo Mohand cuando se entregó a la policía, después de estrangular a la mayor de sus hijas, Khejida, de quince años. Procedente de un medio rural argelino, Mohand Berhache nunca se adaptó a la vida y costumbres europeas y se había convertido en un hombre depresivo.
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