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Ciento cincuenta familias viven a la intemperie en una calle de Badalona

Más de un mes llevan durmiendo en plena calle 130 familias del barrio de Llefia, en Badalona (Barcelona). El edificio en donde vivian, propiedad de la inmobiliaria La Salud, amenaza ruina, según ellos, desde el pasado 19 de febrero, fecha en que hubo un cierto movimiento del inmueble y aparecieron diversas grietas en los pisos.

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Para los vecinos de Llefia este es el primer problema del municipio. A su juicio, los partidos locales no se han tomado el caso con la atención que merece. Por ello han optado por la movilización. Barracones y tiendas de campaña anuncian a la entrada de la calle de la Sagrada Familia que «no se permite la entrada de vehículos por estar en la calle los vecinos viviendo», según reza el cartel.Cada día cortan el tráfico de la carretera nacional hacia Barcelona. « Aproximadamente -dice un vecino- lo solemos hacer durante un cuarto de hora, y en las horas punta. Y nos duele, porque sabemos que perjudicamos a los trabajadores que vuelven del trabajo, pero es que ya no podemos más.»

Los vecinos se han organizado para exigir lo que, según ellos, debe arreglar la empresa inmobiliaria propietaria del bloque: la restauración de todo el edificio. Para ello, actualmente se están llevando a cabo negociaciones entre vecinos y la constructora, uno de cuyos principales directivos es, según los vecinos, Pablo Porta, presidente de la Federación Española de Fútbol.

En un principio, los vecinos abandonaron asustados los edificios. Las grietas eran visibles en la mayor parte de los pisos y la desconfianza sobre la solidez del edificio era la tónica general. Por ello decidieron irse a dormir al interior del Ayuntamiento de Badalona, en donde permanecieron tres días, hasta lograr que se les asegurara una solución.

Cuando ha transcurrido ya más de un mes, la promesa obtenida por los vecinos no se ha cumplido. El edificio ha sido apuntalado. Los albañiles están acondicionando nuevamente los cimientos, pero los vecinos opinan que los trabajos no se llevan a cabo en la medida que permitieran una solución a largo plazo. «No se trata -manifestaron a EL PAÍS- de remozar la fachada, queremos garantías de que dentro de cuatro años no volveremos a estar igual. »

Construido hace quince años, el edificio en cuestión sufrió ya desperfectos a los cuatro años.

Según un arquitecto que ayer visitó el inmueble, el edificio en cuestión «se aguanta merced a la buena composición de sus paredes maestras, ya que el relleno de los cimientos es de baja calidad. Está construido directamente sobre la arena».

Carrillo busca el voto del pequeño empresario

«UCD no puede seguir haciendo una política de práctica ocupación, como la que lleva a cabo en el País Vasco», manifestó Santiago Carrillo en un mitin celebrado la mañana del pasado domingo en Tarragona.

«El partido del Gobierno -dijo el secretario general del PCE- cada vez se está convirtiendo más en la unión de la derecha.» El líder comunista auguró una vida corta para el próximo Gobierno monocolor, al tiempo que pedía a los pequeños empresarios que dieran su voto a los partidos de izquierda y, concretamente, a los comunistas. «Han de saber-dijo- que no les vamos a quitar sus negocios. Son las grandes empresas monopolistas las que vendrán un día a propiedad de toda la sociedad.»

Por la tarde, el dirigente comunista participó en otro mitin en la localidad de Santa Coloma de Gramanet (Barcelona). Ante más de 8.000 personas, Carrillo volvió a minimizar la polémica surgida entre el PCE y el PSUC tras la declaración leída por Carrillo en el pleno del Comité Central del PCE. Según su propia expresión, la polémica se reduce a «manipulaciones de la prensa burguesa».

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