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ELECCIONES MUNICIPALES

Los partidos de izquierda piden sueldos para alcaldes y concejalales

Juan Cruz

Para ser alcalde, en España, en las circunstancias legales actuales, hace falta ser adinerado, económicamente liberado u hombre e paja de alguna entidad política, económica o social. Los alcaldes españoles no reciben sueldo. Los que dedican todo su tiempo al menester municipal tendrían que vivir, si no tuvieran otros recursos, con cantidades anuales que van de las 20.000 a las 125.000 pesetas. Las cantidades intermedias varían de acuerdo con los ingresos de los ayuntamientos porque, en efecto, lo que los alcaldes perciben es un porcentaje mínimo de lo que las arcas municipales recaudan en diferentes conceptos.

Los concejales contemplan una pobreza aún mayor: no reciben ni una peseta por su dedicación municipal. Tanto su situación como la de los alcaldes favorece en España la corrupción municipal.La ley de Régimen Local, que los partidos de izquierda quieren cambiar a toda costa, establece que los alcaldes ¿le municipios de más de 10.001 habitantes perciban una retribución que en ningún caso ha de ser superior al 1 % de los ingresos municipales. Esa. reglamentación, que si se cumpliera a rajatabla podía llevar sumas aceptables a algunos ediles, está corregida en la propia ley, que establece baremos según los cuales un alcalde de un municipio como Madrid, con más de 250 millones de pesetas de ingresos, come resulta obvio, sólo le permite al responsable de sus destinos percibir 125.000 pesetas anuales, que cobra por meses a razón de los dos mil duros.

Pero la misma ley acepta que los ediles reciban gastos de representación, que en las grandes capitales pueden ascender, anualmente, a 875.000 pesetas. Esa es, al menos, la asignación que recibió el alcalde de Madrid en 1978, según el capítulo «Atenciones y gastos personales derivados de la representación oficial del Ayuntamiento». En los municipios de menor importancia esa asignación es forzosamente más reducida.

Esta situación de penuria y, en definitiva, de irregularidad en una sociedad moderna es la que pone a los alcaldes al borde de la corrupción, según todos los expertos en teoría municipal. Asimismo, es esa miseria la que justifica la procedencia, mayoritariamente de la clase acomodada. de los alcaldes españoles. Un profesional que no tiene una excedencia pagada no puede dedicarse en serio, sin aceptar compromisos económicos inconfesables, a una labor como la que debe desarrollar un alcalde, que no sólo representa al municipio, sino que gestiona en activo sus asuntos.

Revisión de la ley de Régimen Local

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Los principales partidos de la izquierda parlamentaria han expuesto, durante esta campaña electoral, la necesidad de que se revise a fondo la ley de Régimen Local, de manera que reglamente sueldos fijos y adecuados para hacer posible la gestión independiente de los alcaldes y concejales de municipios de entidad media y superior. «Si no se establecen esas retribuciones -ha señalado a EL PAIS un especialista en cuestiones de Administración local- sólo tendrán acceso a las alcaldías aquellos que puedan permitirse ese lujo, y quizá no los que de verdad tienen vocación y preparación para ejercer cargos de esa responsabilidad y representación pública. »

Para el PSOE, los ayuntamientos de más de 20.000 habitantes deben tener alcaldes y concejales retribuidos, y debe desaparecer drásticamente el porcentaje que unos y otros, de manera solapada o abiertamente, reciben de contratistas u otras personas para premiar los buenos oficios administrativos.

El PCE opina que una Administración honesta y barata debe basarse, a nivel municipal, en una relación laboral entre el alcalde y la corporación que presida: un sueldo fijo es la mayor garantía de independencia. Los concejales, por otra parte, dice también el PCE, han de ser retribuidos de acuerdo con el trabajo que desarrollen, sobre todo si ese trabajo municipal les ocupa todo el tiempo.

Un ex alcalde dijo a EL PAIS que la cuestión de la indigencia de los alcaldes se resolvería, simplemente, haciendo que el Parlamento les aplicara lo mismo que a diputados y senadores, que perciben salarios por el mero hecho de figurar en las Cortes. «Sí no es así, sólo llegarán a las alcaldías los más interesados en defender el poder económico o social que ya tenían antes de acceder a esos puestos de mando.» Mientras no sea remunerado, afirma el mismo ex alcalde, «es muy difícil que se tenga por honorable el cargo de alcalde», sometido a toda clase de corruptelas y chapuzas.

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