Carter envía a Brzezinski a Arabia Saudita contra Jordania para evitar represalias contra Egipto
Una delegación norteamericana de alto nivel salió ayer de Washington, con destino a Arabia Saudita y Jordania, para buscar el apoyo de estos dos países al futuro tratado de paz egipcio-israelí, o por lo menos, intentar evitar las posibles represalias de los países árabes contra Egipto.
El consejero especial de Carter para Asuntos de Seguridad Nacional, Zbigniew Brzezinski, encabeza la delegación de la que forman parte el general David Jones, jefe del Alto Estado Mayor conjunto, Warren Christopher, secretario de Estado adjunto, y el hijo del presidente, Chip Carter.La visita de la delegación norteamericana a Riad y Amman se encuadra en una amplia ofensiva diplomática de la Administración Carter hacia los países árabes. Se han mantenido ya contactos con Argelia, Marruecos, Sudán y los Emiratos del golfo Pérsico; pero Washington centra sus esfuerzos en Arabia Saudita y Jordania, países considerados claves para la estabilidad de Oriente Próximo, que Carter quiere construir a partir del tratado egipcio-Israelí.
La firma del acuerdo se ha retrasado nuevamente, según informó la Casa Blanca. Diversas circunstancias hacen imposible en la práctica que el primer ministro, Menahem Begin, y el presidente, Anudar el Sadat, puedan estar en la capital norteamericana antes del lunes 26 de marzo. El líder egipcio se mostró ayer partidario decelebrar una única ceremonia de firma, que tendría lugar en Washington, porque «Jimmy Carter lo ha hecho posible».
El Gabinete israelí, que ya aprobó las últimas propuestas de paz, deberá aceptar el próximo lunes el tratado en bloque, lo que no presenta dificultades aparentemente. La reunión estaba prevista para el domingo, pero se retrasó de momento una fecha a causa de la gripe que sufre Begin. Después, queda la ratificación del Knesset, el Parlamento israelí, donde se augura ya un acalorado debate. Por último, faltan por concretar detalles de la retirada de Israel de la península del Sinaí, lo que empezaron a hacer hoy en Washington los ministros de Defensa de los dos países, Ezer Weizman y Karnel Hassan Alí.
Sadat: la paz, después del tratado
Sadat declaró ayer que el proceso de paz en Oriente Próximo empezará realmente después de la firma del tratado bilateral. Lo que parece fuera de duda es que tras la firma del acuerdo comenzarán los problemas para el régimen egipcio, acusado por los árabes radicales de traicionar la causa común y al pueblo palestino para hacer la paz por separado con el Estado judío.Una nueva cumbre de Bagdad, de la que podrían salir represalias contra Egipto, se celebrará probablemente apenas se firme el acuerdo d e paz. Entre las medidas punitivas se anuncia ya un boicot económico y quizá petrolífero contra Sadat, la retirada de ayuda económica, el cambio de la sede de la Liga Arabe desde El Cairo a otra ciudad (se habla de Túnez, Bagdad y Kuwait) y la expulsión de Egipto de organizaciones árabes de tipo económico y tecnológico.
La postura que adopten los sauditas respecto a las represalias contra Egipto será decisiva. De ahí el interés de Carter y la visita de la delegación norteamericana, que intenta conseguir del rey Jaled y el príncipe Fahd, cuando menos, una posición de neutralidad respecto al tratado egipcio-israelí.
El enfriamiento de relacione entre Riad y Washington y la «apertura» saudita hacia la Unión Soviética está motivada principalmente por el desacuerdo de los sauditas con las negociaciones de Camp David, que no resuelven el problema palestino ni el estatuto de Jerusalén, el malestar por el comportamiento de Estados Unidos en la crisis de Irán y la política petrolífera seguida por Jimmy Carter.
Washington cargaría con la ayuda saudita a Egipto
Si Arabia Saudita apoya el boicot a Egipto, Washington tendría que cargar con la mayor parte de, la ayuda económica que ha venido prestando Riad a El Cairo, cercana a los mil millones de dólares anuales. Pero los sauditas necesitan a Estados Unidos, de cara al conflicto entre los dos Yemen, y a su posible extensión a más de un millón ¿le trabajadores yemeníes que viven en Arabia Saudita.Aunque menos decisivo, el apoyo de Jordania a los acuerdos de Camp David es también de gran importancia para Estados Unidos. El rey Hussein se ha negado hasta ahora a respaldar las negociaciones de paz, pero el «acuerdo amplio» que Carter busca en el área, pasa por la presencia de Jordania en las conversaciones sobre la autonomía de los palestinos que habitan en Cisjordania y Gaza.
El mensaje que lleva la delegación norteamericana, así como los transmitidos a menor nivel diplomático a otros países árabes, es muy claro: cualquier acción hostil a Egipto o al tratado de Paz influirá en las relaciones del país que las adopte con Estados Unidos. Falta por ver la eficacia de esta advertencia.
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