Carter logra un acuerdo entre Egipto e Israel
Tras casi siete días de difíciles negociaciones en Egipto e Israel, el presidente norteamericano, Jimmy Carter, regresó ayer a Estados Unidos con lo que parece ser un acuerdo para un tratado de paz definitivo entre egipcios e israelíes. Al cabo de dos horas y media de negociaciones con el presidente egipcio, Anuar el Sadat, en el aeropuerto de El Cairo, Carter anunció que Egipto acepta sus nuevas propuestas, aprobadas ya por el primer ministro israelí, Menahem Begin, antes de su partida de Jerusalén. Begin declaró a su vez que hoy someterá al Gabinete las nuevas propuestas y que está dispuesto a dimitir en caso de que el Consejo de Ministros las rechace, lo que se considera muy improbable.
El tratado se firmará, posiblemente, la semana próxima, en Washington, después del visto bueno del Parlamento israelí. Posteriormente, Begin se trasladará a El Cairo para rubricar el texto en árabe y Sadat a Jerusalén para hace otro tanto con el documento en hebreo.Ayer, cuando gran parte de la prensa internacional se mostraba pesimista sobre la posibilidad de acuerdo, Carter informó en El Cairo que había comunicado a Begin la aceptación de Sadat, con quien estuvo reunido en el aeropuerto de El Cairo una hora más de lo previsto. «Disponemos ahora -dijo Carter- de todos los ingredientes necesarios para el tratado de paz.»
Al parecer, las propuestas norteamericanas aceptadas por Sadat fueron preparadas por el secretario de Estado, Cyrus Vance, durante una dramática y última entrevista del equipo de negociadores de Estados Unidos con sus colegas israelíes, encabezados por Moshe Dayan, tres o cuatro horas antes del viaje de Carter desde Jerusalén hasta El Cairo.
Gaza y el petróleo del Sinaí
Los portavoces norteamericanos no detallaron el contenido de las nuevas propuestas de Carter, pero en todos los medios se ha sugerido que se refieren al deseo de Israel de garantizar su derecho a comprar el petróleo que Egipto produzca en el Sinaí (25.000 barriles diarios), después de la firma del tratado, y al mecanismo con que se llevará a cabo el proceso autonómico de Gaza. Hasta anteanoche, El Cairo exigía que Israel permitiese el envío a esa zona de oficiales de enlace egipcios, a lo que se oponía Israel. Se desconoce aún cuál ha sido la decisión final de Jerusalén sobre este punto.
Pero egipcios e israelíes han logrado un entendimiento sobre los dos problemas más espinosos de las negociaciones, iniciadas hace diecisiete meses: el del vínculo del tratado con la situación del resto de Oriente Próximo y el de la relación del tratado con los acuerdos defensivos de Egipto con los demás países árabes, que en todo caso no podrán primar sobre el de Egipto e Israel. Ambas cuestiones se han especificado en cartas anexas que se añadirán al tratado de paz.
La autonomía palestina
Por lo demás, la autonomía palestina será negociada en un año, tal como quería Egipto, y su primera fase se desarrollará en los 363 kilómetros cuadrados de Gaza, donde residen alrededor de 400.000 palestinos, es decir, la cuarta parte del 1.200.000 que vive bajo control israelí en Gaza y Cisjordania.
La autonomía de Cisjordania, donde también hay actualmente unos 10.000 judíos en más de veinte «colonias», será abordada en una etapa posterior, cuya fecha de arranque no se especificará en el tratado.
La hostilidad de la población palestina de Cisjordania hacia el plan de autonomía es lo que parece haber inducido a Egipto a aceptar que el proyecto se ponga en marcha sólo en Gaza. Ayer, por tercer día consecutivo, estudiantes palestinos de las localidades de Ramallah, Jericó y Belén organizaron manifestaciones de protesta contra la visita de Carter.
Carter también ha conseguido de Sadat que se avenga a intercambiar embajadores con Israel en cuanto éste comience a replegarse del Sinaí, y no cuando se instaure el régimen autonómico en Gaza. El intercambio se producirá nueve meses después de firmado el tratado. Para esa fecha, las tropas israelíes deberán haberse retirado hasta la línea Arish-Ras Mohamed y El Cairo habrá recuperado el 60% del territorio del Sinaí. Es posible que esos nueve meses aparezcan en el tratado subdivididos en dos fases.
El ministro de Defensa de Israel, Ezer Weizman, también ha examinado con su colega norteamericano, Harold Brown, un plan de ayuda militar a Israel por unos 2.000 millones de dólares aniaales, durante cinco años. Estados Unidos proporcionaría otros 4.000 millones de dólares en tres años para «compensar» a Jerusalén. por su retirada del Sinaí. Se prevé, además, una importante ayuda económica y militar de Washington a Egipto, que en poco tiempo podría transformarse en el «nuevo Irán» de Oriente Próximo.
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