El Parlamento marroquí exige el ejercicio del derecho de persecución en Argelia
El Parlamento marroquí ratificó el viernes pasado su apoyo al mensaje a la nación del rey Hassan II, del jueves último, en el cual se declaraba que «la situación en la región del Sahara ha llegado a ser intolerable», y se anunciaba la creación de un Consejo Nacional para la Defensa, integrado por todos los partidos políticos organizados.
Si la actitud de los diputados marroquíes no sorprende lo más mínimo, sí llama la atención el tono de la declaración formulada al término de la sesión del viernes del Parlamento, que es más duro que el propio mensaje real, mesurado a pesar de su gravedad, y, sobre todo, más preciso que la alocución real, en donde se sugerían medidas para acabar con la actual situación, calificada de «ni paz ni guerra».Los diputados marroquíes no sólo exigen que sea ejercido el derecho de persecución ante los reiterados ataques de que es objeto el territorio marroquí, sino que precisan claramente que Marruecos «no sólo no aceptará ninguna discusión sobre su soberanía y su integridad territorial», sino que, además, rechazará «el establecimiento en el sur de Marruecos de cualquier entidad artificial susceptible de separarlo de Mauritania y que constituiría una amenaza para su seguridad y su estabilidad».
El Parlamento marroquí recomienda, igualmente, al Gobierno la adopción rápida de medidas económicas, financieras, diplomáticas y de información, tanto a nivel interno como exterior.
La postura del Parlamentó marroquí, que traduce en realidad el estado de ánimo que prevalece entre los estados mayores de todos los partidos significativos del país, es, en realidad, un auténtico llamamiento a la movilización nacional para la defensa de la integridad territorial
La precisión del rechazo de cualquier entidad que pudiera crearse en el territorio de Tiris el Gharbia, atribuido por los acuerdos tripartitos de Madrid (1975) a Mauritania, son, en realidad, una advertencia a este país que, al parecer y recientemente, ha sugerido que estaría dispuesto a abandonar la región de no llegarse rápidamente a un acuerdo.
La mayoría de los partidos políticos legales tienen previstas reuniones de sus respectivas direcciones en los próximos días para fijar sus actitudes con respecto al citado Consejo Nacional para la Defensa, y las modalidades de participación en el mismo.
Los socialistas piensan que desde él podrán promover su postura de crear unidades móviles y pequeñas con el antiguo ejército de liberación, que pueda hacer la guerra al Polisario en su propio terreno y en sus mismas condiciones. Los comunistas, sin embargo, son partidarios del reforzamiento puro y simple del Ejército nacional.
A pesar del entendimiento generalizado por parte de los grupos políticos marroquíes para integrar el citado Consejo, que les coloca ante serias responsabilidades, en la mayor parte de ellos prevalece el criterio de que esto ha de hacerse sin contrapartidas por parte de los trabajadores en el terreno social, es decir, sin que ello signifique que una nueva tregua social permita la prolongación del actual estado de la situación social que pesa sobre todo en los asalariados.
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