Sorpresa ante la militarización de los servicios eléctricos canarios
A partir de la mañana de ayer quedó militarizada la empresa Unión Eléctrica de Canarias (Unelco). El decreto de militarización, firmado por el ministro del Interior y publicado en el Boletín Oficial del Estado, especifica que Unleco continuará prestando los servicios públicos que tiene encomendados actualmente, pasando su personal a depender, a efectos jurisdiccionales y de disciplina del capitán general de esta región. El personal incorporado deberá ostentar el distintivo de militarizado y llevará consigo siempre la tarjeta correspondiente.La noticia de la militarización del servicio ha cogido por sorpresa al comité de huelga de la empresa, que incluso ayer manifestaba, horas antes de conocer el decreto, que «si el Gobierno militarizara al personal de Unelco podría llegarse a una huelga de todo el sector eléctrico a nivel nacional». Los miembros del comité manifestaron en todo momento su convicción de que el Gobierno no iba a decretar esta medida.
A mediodía de ayer, los trabajadores continuaban reunidos en asamblea en la AISS, porque, según manifestaron «todavía no hemos recibido la comunicación oficial de la militarización». No obstante, el personal estaba dispuesto a incorporarse inmediatamente a sus respectivos puestos de trabajo tan pronto como obtuviesen confirmación oficial.
Varios oficiales del Ejército hicieron acto de presencia en las distintas instalaciones de Unelco para coordinar la reanudación de la actividad laboral en la compañía, mientras que unidades de la Policía Nacional vigilaban los accesos a determinadas instalaciones. En las mismas instalaciones, los servicios de retenes presentaban ya el distintivo de militarización.
El grave deterioro que había alcanzado ya la situación ha sido determinante para que el Gobierno adoptase esta medida tan extrema. Los cortes intermitentes del fluido eléctrico se estaban produciendo cada vez con más frecuencia y con mayor duración. Según manifestaron fuentes de Unelco, estos cortes se producían por averías provocadas por un grupo de huelguistas, mientras que -según fuentes sindicales- se debieron a deficiencias de las instalaciones de Unelco.
El comité de huelga tenía el propósito de emitir un comunicado explicando la nueva situación a la opinión pública canaria y consideraba también la posibilidad de incluir en el mismo la solicitud de dimisión del máximo responsable de Unelco.
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