_
_
_
_

Dos ciudadanos intentan formar parte del Soviet Supremo como candidatos de la "oposición"

«Creemos que debe haber en el Parlamento soviético, además de la candidatura marxista-leninista una representación de los creyentes cristianos, dada la influencia que tiene la Iglesia, sobre todo en las aldeas de Moscú, y que significa un elemento importante en la vida de la nación rusa, ya que conserva muchas tradiciones del pueblo.» Este párrafo figura en el manifiesto hecho público por el grupo Elecciones 79, que el pasado 6 de febrero presentaba ante la junta electoral de Moscú las candidaturas de Roy Medvedev y Ludmilla Agapova como candidatos independientes a las elecciones del Soviet Supremo.No es fácil concretar hasta dónde esta actitud, impensable en un país socialista, es una provocación, supone una ingenuidad, puede tener un apoyo oficial o existe un verdadero deseo de crear una oposición llamada, por ellos, democrática. Lo cierto es que desde hace más de un mes los integrantes del grupo se mueven activamente. Celebran ruedas de prensa, entregan comunicados fotocopiados, se someten a entrevistas, anuncian su presencia y la de sus seguidores en las mesas electorales de mañana, domingo y, como happening final, por la tarde de ese mismo día han convocado a los periodistas occidentales a una fiesta tradicional rusa, como las que se celebraban antes del nacimiento de Cristo», donde el plato principal serán blinis (creppes) de harina que envolverán el sabroso caviar.

Un historiador y un barrendero

Elecciones 79 mantiene el principio de que al haber sido elegidos oficialmente el mismo número de candidatos que los que luego formarán el Soviet Supremo, se produce una «apatía en los electores y no exste la suficiente responsabilidad en los diputados para que tengan en cuenta, durante su mandato, a sus representados». El nuevo grupo está formado por medio centenar de personas donde figuran, entre otros, junto a los candidatos Roy Medvedev, historiador marxista expulsado del PCUS, y Ludmilla Agapova, esposa de un marinero sueco que escapó de un pesquero y vive actualmente en Suecia, un conductor de autobús, una mecanógrafa y un barrendero. En un principio se intentó convencer al premio Nobel Andrei Sajarov para que presentara su candidatura, si bien éste no quiso aceptar la propuesta. La llamada disidencia soviética que encabeza el físico no está dispuesta a participar en esta aventura electoral.El portavoz del grupo, VIadimir Sijov, obrero de la construcción, es un joven inconformista, vinculado a los artistas denominados «no oficiales» y principalmente a los grupos de intelectuales que mantienen posturas «independientes » en Leningrado, en la ciudad báltica de Vilnius Sijov es, asimismo, un fotógrafo muy apreciado principalmente entre los diplomáticos extranjeros. Su casa representa un museo poco común en la Unión Soviética, donde se mezclan iconos de distintas épocas con muebles de la época zarista, una máquina de escribir soviética con caracteres rusos y pinturas de quienes no mantienen la línea con el realismo socialista.

Roy Medvedev, cuya capacidad como historiador unos ensalzan y otros desmienten, es autor de una biografía sobre Stalin y otros trabajos editados todos en Occidente. Sesentón, con gran vitalidad, viste trajes de corte europeo y en sus conversaciones con la prensa ofrece una imagen más próxima a la que tenemos en Occidente sobre lo que es un representante del pueblo. Discute, aclara y a veces, «a lo gallego », responde a los interrogantes con otra pregunta. La candidata, Ludmilla Agapova, que ha solicitado permiso para trasladarse a Suecia con el fin de visitar a su marido, no considera que su situación sea un obstáculo para presentarse a las elecciones. Medvedev subrayó, en una conferencia de prensa en la que Agapova apenas habló, que «Ludmilla quiere ver a su marido, pero por eso no va a perder la ciudadanía soviética. Hay ciudadanos de este país que viven legalmente fuera. Cada soviético que tiene pasaporte, según la ley, puede ser elegido diputado, sin importar donde viva».

Manifiesto del grupo Elecciones 79

Los candidatos independientes han formulado sus aspiraciones en una declaración para la prensa, en la que justifican su postura «por el interés en demostrar el carácter democrático de estas elecciones y procurar eliminar los defectos de la sociedad socialista». Expresan que el término elecciones «se contradice» cuando solamente existe una candidatura. Denuncian que muchos electores soviéticos no están de acuerdo y ese es el motivo por el que se niegan a votar personalmente, «tienen que ser los vecinos o sus parientes quienes, provistos de su pasaporte, les suplan. Otros, al trasladarse de casa, donde no se domiciliaron en los centros electorales nuevos y tampoco irán a las urnas». Ante estas situaciones, el grupo Elecciones 79 se propone «ayudar a superar la reacción de apatía y de intranquilidad que muchos sienten y, al tiempo, estimular la responsabilidad de los diputados ante sus electores».Después de anunciar que sus candidaturas representan a «los, creyentes cristianos», señalan que es precisamente en el soviet de las nacionalidades donde deben éstos encontrarse representados. Medvedev señaló que él votará a Kosiguin, actual presidente del Consejo de Ministros, «pero a quien no considero como la mejor candidata es a la bailarina del Bolshoi, Vermetnova. Considero que es una maestra en andar de puntillas, pero eso no es suficiente para ser un activista político».

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

«Llegará la democracia socialista»

Lo cierto es que oficialmente la Comisión Central Electoral se ha negado a registrar estas dos candidaturas. Contra dicha decisión se ha recurrido legalmente, pero el dictamen no es necesario darlo antes de que pasen treinta días, es decir, que se sabrá el fallo del recurso 48 horas después de celebradas las elecciones. Los partidarios de Medvedev han prometido ir el domingo a la región que le corresponde y poner su nombre en las papeletas oficiales. Posteriormente, se piensa preguntar a la comisión electoral la cifra exacta de votación conseguida, cifra problemática de obtener al no existir los interventores.Medvedev, aunque ya sabe que en esta ocasión han quedado marginados, es optimista: «La verdadera democracia socialista todavía no la veo. Personalmente creo que llegará. Existe el modelo húngaro, se presentan varios candidatos y esto demuestra que no es desfavorable para el sistema socialista, Esperamos conseguir para el año próximo nuestra participación en las elecciones a los consejos de las Repúblicas socialistas y consejos locales, si nos sigue ayudando Elecciones 79, y confiamos en tener el apoyo de las organizaciones y empresas ya existentes y de las nuevas organizaciones sociales que deben crearse.»

Por último, cuando le preguntamos qué haría como diputado si fuese elegido representante del grupo independiente exclamó: «En solitario sería difícil conseguir algo positivo y tampoco es mi propósito cambiar nada completamente. Intentaría formar un grupo de oposición, según la idea que se tiene en Occidente: criticaría al Gobierno, pero no dejaría de darle mi apoyo si fuera por buen camino.»

Para el hombre soviético de a pie Elecciones 79 no quiere decir nada. Salvo los corresponsales de la prensa occidental y limitados círculos universitarios y artísticos soviéticos, nadie conoce sus propósitos. Existe una evidente confusión en torno a quienes son y qué papel están representando en este momento. Hay teorías para todos los gustos. Existen muchas dudas que ellos mismos tendrán que aclarar. En estas elecciones han conseguido alguna popularidad, pero habrá que esperar sus actuaciones y vinculaciones futuras.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_