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Menahem Beguin acepta visitar Washington este fin de semana

El presidente Jimmy Carter anunció anoche que ha invitado al primer ministro israelí, Menahem Begin, a reunirse con él en Washington, en un nuevo esfuerzo del líder norteamericano para evitar la ruptura definitiva de las conversaciones de paz entre Egipto e Israel. Begin ha aceptado la invitación y llegará a Estados Unidos mañana, jueves, añadió Carter.En una conferencia de prensa celebrada anoche en la Casa Blanca, el presidente dijo que un tratado de paz entre Egipto e Israel es una «necesidad urgente». Horas después de que el Gabinete israelí hubiese rechazado la invitación de Jimmy Carter para una nueva cumbre tripartita a celebrar en Camp David este fin de semana, el presidente norteamericano habló por teléfono con Anuar el Sadat y Menahem Begin, e invitó a este último a una entrevista personal.

Carter, que se negó a responder preguntas sobre el tema de las negociaciones de paz en Oriente Próximo, añadió que después de su entrevista con Begin es posible que invite a Washington al primer ministro egipcio, Mustafa Jalil, o al presidente Anuar el Sadat, para celebrar una segunda ronda de conversaciones. Pero Carter no dejó claro si Begin estará presente en esa segunda ronda, lo que sería de hecho un nuevo Camp David, o si sus consultas con las dos partes serán sucesivas y no simultáneas.

El presidente norteamericano se lamentó de que no sean posibles conversaciones directas al máximo nivel político entre Egipto e Israel, pero expresó su intención de no «dejar morir» las perspectivas de paz abiertas en la primera reunión de Camp David, el pasado septiembre. «El futuro es imprevisible -añadió-, pero debemos hacer todos los esfuerzos posibles si queremos que las generaciones futuras conozcan la paz en Oriente Próximo.»

Jimmy Carter aseguró que no tiene intención de establecer bases militares o enviar tropas al golfo Pérsico y negó que se hubiera propuesto a Arabia Saudita recientemente la apertura de una base norteamericana en su territorio. El presidente admitió sin embargo que algún tipo de acción será tomado para demostrar el interés de Estados Unidos en la zona, pero dijo que serán acciones favorables a la paz y nunca una intervención en los asuntos de otro país.

Tras condenar nuevamente el «cruce de frontera» de las tropas chinas en Vietnam, Jimmy Carter insistió 'en que Norteamérica se mantendrá al margen de este conflicto entre dos naciones comunístas y no intervendrá en los asuntos internos de otros países, en una clara referencia a Irán. Preguntado por ¿quién perdió Iran?, Carter dijo que «Irán nunca fue nuestro», y añadió que Estados Unidos no pudo hacer nada, porque la revolución fue una decisión del pueblo iraní, y expresó su intención de trabajar amistosamente con el nuevo Gobierno y su confianza en que pronto se reanudarán las exportaciones petrolíferas desde Irán.

El presidente aseguró que Estados Unidos cumplirá sus compro misos con Israel respecto al petróleo. Si a consecuencia del embargo del petróleo iraní el Estado judío de Israel no pudiera en contrar combustible en el mercado internacional para satisfacer sus necesidades, Norteamérica está dispuesta a suministrárselo, dijo Carter, quien cifró el consumo petrolífero de Israel en un 1% del consumismo norteamericano.

Negativa del Gabinete israelí

Poco antes de que el primer ministro israelí, Begin, aceptase el ofrecimiento hecho por Carter, el Gabinete israelí votaba contra la presencia de un alto dirigentejudío en Norteamérica, por catorce votos contra dos, informó nuestro corresponsal en Jerusalén, Víctor Cygielman.

A pesar del voto negativo del Gabinete hebreo, fuentes oficiales israelíes estimaron que en ningún caso debía interpretarse como una ruptura. Otras voces aludieron a la conveniencia de buscar paulatinamente un acuerdo interino con Egipto antes de firmar un tratado definitivo de paz.

La medida, que poco después quedaría sin efecto, fue especialmente bien acogida por el ala más intransigente del partido Likud. Mientras la facción más próxima a Begin, así como portavoces autorizados de la oposición laborista, como el ex ministro de Exteriores Abba Eban deploraron que las cuestiones accesorias de prestigio y honor pudieran sobreponerse a un viaje, el que mañana inicia por fin Begin, que hiciera avanzar las negociaciones de paz.

Desde el primer momento, dos figuras preeminentes del Gabinete Begin, Moshe Dayan, ministro de Asuntos Exteriores, y Ezer Weizman, de la Defensa, eran partidarios del viaje del primer ministro a Estados Unidos.

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