Washington cree que Moscú se mantendrá al margen
En medios gubernamentales de Washington se descartaba ayer la posibilidad de una escalada en el conflicto chino-vietnamita, y se daba como seguro que la Unión Soviética se mantendrá al margen y que las tropas chinas comenzarán su retirada en las próximas horas.
Aunque la situación se seguía atentamente y «con preocupación» desde la Casa Blanca, no hubo ayer nuevas declaraciones oficiales, después de que el Departamento de Estado pidiera el sábado a China Popular que se retire de Vietnam y a Vietnam que retire sus tropas de Camboya, y advirtiera a la Unión Soviética, que cualquier intervención en el conflicto tendría «serias consecuencias para la paz mundial».El presidente Jimmy Carter pronunciará hoy un discurso sobre política exterior en el que, sin duda, expresará la posición de su Gobierno respecto del enfrentamiento entre China y Vietnam y sobre otras zonas de tensión.
No existe en la capital norteamericana ambiente de crisis, y los especialistas coinciden en comparar la invasión de Vietnam por tropas chinas con las acciones realizadas en 1962 por Pekín contra la India.
Paralización de la ofensiva
Los chinos habrían pretendido únicamente «dar una leeción» a los vietnamitas, de acuerdo con las advertencias hechas últimamente por Deng y otros líderes chinos, desde la invasión de Camboya por tropas vietnamitas en el pasado mes de enero. Informes de los servicios de inteligencia estadounidenses anunciaban ayer una paralización de la ofensiva china, que habría penetrado unos diez o doce kilómetros en territorio vietnamita, y daban como muy probable el inmediato cese de la invasión.
El aparente fin de las hostilidades eliminé los temores de una intervención de la URSS. En medios. oficiales de Washington se creía que Moscú podría verse obligado a prestar ayuda a Vietnam, de acuerdo con el tratado de defensa mutua firmado por los dos países el pasado mes de noviembre, principalmente para mantener la imagen de que la Unión Soviética respeta y cumple sus compromisos con otras naciones.
El Gobierno norteamericano, que mantuvo intensos contactos con China Popular, Vietnam y la URSS, quiso dejar bien claro desde un principio que no apoya en modo alguno la acción de Pekín. Durante su reciente visita a Estados Unidos el viceprimer ministro Deng Xiaoping dijo en público varias veces que China se vería obligada a dar una lección a los vietnamitas por lo que definió como política expansionista de Hanoi en Indochina. El presidente Carter se mostró rotundamente opuesto a cualquier tipo de acción militar en el área, según señaló el portavoz oficial del Departamento de Estado. El conflicto no afectará a la normalización de relaciones diplomáticas entre Washington y Pekín.
Cualquier enfrentamiento directo entre China y la URSS afectaría considerablemente al «equilibrio triangular», que pretende mantener Washinton.
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