'Los canarios tenemos que hacer una literatura universal"
Declaraciones de A. García-Ramos
Alfonso García-Ramos, escritor canario, director del diario La Tarde, de Santa Cruz de Tenerife, ganó la pasada semana el premio de novela Agustín Espinosa, convocado por las delegaciones de Cultura de las dos capitales canarias. La obra galardonada, Tristeza sobre un caballo blanco, es, según su autor, una novela de la emigración insular, que fue y sigue siendo una de las sangrías habituales de un archipiélago depauperado. «Desde el punto de vista literario, supone un intento más de hacer una literatura de carácter universal, con raíces canarias.»Tristeza sobre un caballo blanco ha recibido un premio que lleva el nombre de un gran surrealista canario, Agustín Espinosa, uno de los fundadores de la revista Gaceta de Arte, que en tiempos de la II República fue uno de los contactos principales de la cultura española con la vanguardia europea. Esa tradición vanguardista no pudo ser interrumpida en Canarias por la dictadura, aunque la mencionada publicación desapareciera para siempre.
Alfonso García-Ramos, 49 años, es uno de los múltiples herederos que ha tenido en las islas la generación de Agustín Espinosa, aunque la suya no sea una obra surrealista. «Es, eso sí, una novela escrita en Canarias, fiel a los movimientos narrativos europeos y latinoamericanos que han confluido en las islas. Es la narración de un ser que forma parte de los canarios que tienen raíces, pero que también poseen alas y se encuentran igualmente a gusto en las islas que bajo los puentes de París o en la ciudad de las ciudades: Nueva York.»
Tristeza sobre un caballo blanco es «un amasijo de vidas humanas, una especie de sinfonía que tiene una cierta inspiración musical.
Desde el punto de vista del tema, es la narración del declive de los pequeños propietarios de tierras que se hallan condenados a desaparecer. Es también la novela de la emigración y de la aventura americana del canario, que descubre nuevas tierras y llega a enfrentarse con una visión radicalmente distinta de la vida en las grandes ciudades del nuevo continente. En medio, ligando los tres monólogos de que consta la obra, hay una leyenda guanche, sobre unos personaje cuya sabiduría en la construcción de barcos los condena a muerte ».
Después de Guad (premio de novela Benito Pérez Armas, 1970), una epopeya de la lucha del canario por recuperar el agua subterránea que explotan intereses caciquiles isleños, esta es la segunda obra en Canarias. escrita por García-Ramos. «A lo largo de mis libros -dice el autor- siempre he procurado analizar en profundidad el lenguaje canario, no el folklórico.»
La concesión de un premio literario en Canarias, donde el centralismo cultural se ha sufrido de manera más consistente, es noticia también porque reafirma el renacimiento novelístico de las islas.
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