México y Argelia piden llevar las negociacioneg SALT a la ONU
Los representantes de Argelia y México en la Conferencia de Desarme de las Naciones Unidas, que inició ayer su primera sesión, en Ginebra, solicitaron que las negociaciones bilaterales y secretas sobre desarme nuclear, entre Estados Unidos y la Unión Soviética, tuvieran lugar en el seno de la ONU o al menos, se crease un comité que mantuviera en todo momento informada a la Conferencia.El Papa y el jefe del Estado soviético, Leónidas Brejnev, enviaron sendos mensajes a la Conferencia, en la que participan cuarenta países.
El ministro argelino, apuntando hacia un criterio, que es el de la mayoría de los países miembros, abogó por «iniciar verdaderas negociaciones con vistas a concluir acuerdos que sean el trabajo de todos y no confiarse en los exámenes prematuros de proyectos elaborados en otros lugares, a los que no podríamos aportar más que modificaciones menores», señaló.
Sus palabras constituyeron una alusión directa a las negociaciones bilaterales y secretas entre Estados Unidos y la URSS, conocidas bajo el nombre de SALT (sobre limitación de armas estratégicas), y a las negociaciones, trilaterales, también ultrasecretas, entre Estados Unidos, Gran Bretaña y la URSS, sobre prohibición de ensayos nucleares.
Sobre esta materia «reglamentaria», el embajador de México, Alfonso García Róbles, fue aún mucho más directo, al referirse al desarme nuclear. García Robles, propuso que negociaciones como las SALT, que se han venido celebrando fuera del marco de la ONU, «en lo sucesivo se lleven a cabo dentro de este órgano multilateral" o que, por lo menos, se forme un subcomité que comprendiese únicamente a las potencias nucleares (Estados Unidos, URSS, Gran Bretaña, Francia y China, que aun se mantiene como observador, anunciando que se integraría próximamente a la Conferencia). «Este actuaría como órgano subsidiario de la Conferencia, a la que mantendría debidamente informada de la marcha de las negociaciones.»
Finalmente, el ministro de Asuntos Exteriores de Francia, Jean-François Poncet, que desde 1962 no participa en negociaciones sobre desarme en el seno de la ONU, señaló que «jamás se ha hablado tanto de desarme y nunca como ahora ha habido un arsenal tan voluminoso entre las manos del hombre». También hizo hincapié en el carácter excesivo de los arsenales estratégicos de las superpotencias en relación a las necesidades de disuasión mutua, refiriéndose, por último, a la «acumulación desequilibrada de armas convencionales en Europa ».
Tres diplomáticos chinos se mantuvieron en los escaños, como los observadores, mientras en varias intervenciones se abogó por la presencia de China con carácter oficial.
Por su parte, el embajador de la Unión Soviética expresó su esperanza en que la República Popular China esté representada oficialmente en la Conferencia, pero lo hizo en términos que algunos delegados calificaron como «polémicos», ya que el representante soviético se refirió a continuación a «la actitud negativa que hasta ahora ha tenido China».
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